El economista Juan Carlos de Pablo señaló una falla crítica en el sistema de importaciones para consumo personal «puerta a puerta»
28/11/2024 – 20:36hs
Juan Carlos de Pablo, economista, expresó que el sistema puerta a puerta ha generado un reciente conflicto entre los consumidores y las empresas. Esto ocurre porque los primeros se benefician a corto plazo al acceder a bienes más económicos, pero esta dinámica perjudica a los productores locales, quienes enfrentan mayores costos impositivos y, en algunos casos, prácticas de dumping en el mercado internacional.
Sin embargo, señala que las personas son consumidores y productores al mismo tiempo. Este conflicto de roles refleja una tensión estructural en la economía argentina, donde la ventaja o el provecho inmediato para el consumo puede comprometer el desarrollo productivo y la generación de empleo a largo plazo.
Los desafíos de la economía
En un país que no realiza emisión monetaria ni aumento de la deuda pública neta, el gasto público se financia solo con impuestos. Bajo esta lógica, la flexibilización del sistema puerta a puerta tiene una implicancia regresiva: el peso fiscal recae principalmente sobre los consumidores que no tiene forma de eludir los tributos y es el más expuesto a la informalidad en sus ingresos.
Este esquema crea un desbalance fiscal profundo. Mientras algunos sectores logran acceder a beneficios inmediatos, otros quedan relegados, enfrentando un sistema impositivo que desalienta el consumo local y concentra los costos en los segmentos más vulnerables de la sociedad.
En esta línea, señaló que, si bien el equilibrio fiscal es un objetivo deseable, este debe acompañarse de una reducción efectiva del gasto público a nivel nacional, provincial y municipal. Sin un respectivo ajuste en el tamaño del Estado, el sistema perpetuará una lógica donde solo algunos actores se benefician, mientras que la mayor parte de la población queda atrapada en un esquema impositivo regresivo y desigual.
El desafío estará en equilibrar los incentivos al consumo con políticas fiscales y productivas que no comprometan el desarrollo económico ni la equidad social. En este sentido, considera que la expansión del sistema puerta a puerta podría ser el primer paso hacia un debate más amplio sobre la distribución del peso fiscal en la Argentina.
Los cambios que se vienen en el esquema puerta a puerta
Esteban Marzorati, subsecretario de Comercio Exterior, adelantó y explicó los cambió que se vienen en los envíos por courier. Cabe aclarar que el régimen de importación por courier es un régimen de importación simplificado que fue creado para facilitar los envíos internacionales y reducir sus costos. Además, se debe tener presente que se trata de la importación de bienes materiales (no a servicios).
«Puede tener fines comerciales y particulares siempre que se cumplan los requisitos establecidos en la normativa», puntualizó el funcionario. Actualmente, el valor de las mercaderías no puede exceder los u$s1.000 por envío y el peso total del mismo no puede superar los 50 kilogramos. Desde diciembre próximo, el valor máximo del envío pasa de u$s1.000 a u$s3.000.
Marzorati precisó que el courier comercial podrá ser utilizado siempre que no supere los límites antes mencionados y siempre que no requiera intervención de terceros Organismos (ANMAT, INAL, entre otros). No hay límites en la cantidad de envíos.
Respecto al courier particular (pequeños envíos), el funcionario explicó que en caso de superar los límites o requerir intervención, el interesado no podrá usar el courier comercial y surgirán 2 opciones: por un lado, hacer un despacho general (con despachante) o hacerlo bajo courier particular (pequeños envíos) siempre que no traiga más de 3 unidades del mismo tipo y no tenga fines comerciales. Esta opción solo permite 5 envíos al año.