Luciano Laspina tiene una dilatada carrera en la política nacional, como diputado del PRO, pero también como referente de la política santafesina. Sin embargo, en este último tiempo viene tomando vuelo por ser «el economista preferido» de Patricia Bullrich.
Este jueves, en el hotel céntrico Palacio Duhau-Park Hyatt, Laspina presentó su libro «Desenredar la Argentina» ante más de 400 personas, acompañado, precisamente, por la precandidata a presidenta de Juntos por el Cambio.
«Hay una maraña de normas, exenciones, impuestos, reintegros, regímenes especiales, jubilaciones especiales, subsidios, prohibiciones y restricciones que enredaron al país, que lo aislaron y lo convirtieron en uno de los más atrasados del mundo moderno. Todo ese enredo desincentiva, ahuyenta, repele a quien desea crear trabajos y empresas», sostuvo Laspina, de 50 años, diputado desde 2015 y titular del Centro de Estudios para el Progreso.
El libro contiene un análisis de las principales variables económicas y problemáticas que tiene la Argentina en la actualidad, haciendo foco en los desafíos centrales y estructurales que tiene su economía. Los temas abordados refieren a la recuperación de la moneda, la inflación, el déficit fiscal y a las reformas tributarias y laborales entre otros.
Laspina sostiene que “este libro es producto de un trabajo de muchas personas que han aportado su visión respecto a las grandes problemáticas del país. Somos un equipo de grandes profesionales con destacada trayectoria, hombres y mujeres, que hemos decidido plantear nuestras ideas para que la Argentina pueda salir de una decadencia estructural, y comenzar a caminar el sendero del desarrollo sostenible”.
El plan «para derrotar a la inflación»
En uno de los cuatro capítulos centrales de la publicación, Laspina describe las soluciones para «derrotar a la inflación», además de elaborar estrategias para resolver otra serie de conflictos de la propia coyuntura económica del país.
«Disminuir la inflación es más complejo y difícil de lo que se cree, debido a la multiplicidad de factores que operan sobre la variable. Se requiere, por lo tanto, de un plan de estabilización correctamente articulado que ataque la raíz del problema inflacionario, que es la emisión monetaria, pero que al mismo tiempo pueda alinear las políticas monetaria y cambiaria a las políticas fiscal, tributaria y de ingresos», dice el dirigente rosarino.
Y enumera los puntos de cualquier plan de estabilización: 1- Reconstrucción de la reputación y la credibilidad del Banco Central, 2- Unificación cambiaria y libre convertibilidad de la moneda, 3- Alineación de los precios relativos previa al plan de estabilización, 4- Atacar el problema del déficit fiscal y la deuda pública.
Laspina sostiene además que «la política fiscal y monetaria deben estar calibradas para operar conjuntamente con el mismo objetivo: reducir la tasa de inflación. Sin embargo, salvo en contadas excepciones, la larga historia de planes de estabilización argentinos muestra que esto casi nunca fue respetado”.
Cómo crear empleos de calidad
En otro apartado, plantea los desafíos en materia laboral y cómo volver a crear empleos de calidad, en ese contexto. «El diagnóstico del mercado laboral argentino arroja cuatro problemáticas: 1) Bajo empleo registrado, 2) Alta Informalidad, 3) Deterioro de los ingresos y 4) Baja calificación de una parte importante de la fuerza de trabajo.
A partir de ello, el economista propone trabajar sobre tres ejes: «Viabilizar la creación de empleo privado, formal y productivo, suavizando las barreras de entrada y de salida que distorsionan las decisiones de contratación, facilitando la creación de empleo con foco en las PyMes».
El segundo es «modernizar los marcos laborales para alinear las reglas y normas a la realidad productiva acompañando las transiciones con nuevas modalidades de contratación, nuevos convenios colectivos y mayor integración de las cadenas de valor; sumando nuevos conceptos como el de banco de horas, polivalencia funcional y trabajo por equipos».
Y el tercero «corregir los incentivos para que el trabajo sea una verdadera herramienta de integración social, desarrollo de habilidades y competencias, favoreciendo la articulación educación-empleo que constituye los cimientos de la competitividad de nuestro país».