domingo, 14 diciembre, 2025
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En clave 2027: Mestre y Bee Sellares, desde la cúpula UCR nacional, presionan a De Loredo por internas en Córdoba

Una intensa rosca se desató en el radicalismo por la elección de la nueva cúpula partidaria nacional, un escenario ya conocido para los correligionarios habituados al internismo. En ese juego de ligas mayores, con epicentro en la sede porteña de Alsina 1786, la representación de la UCR de Córdoba también se partió en dos, atravesada por la discusión sobre el posicionamiento boina blanca frente al factor Milei.

Con la nueva conducción encabezada por el intendente santafesino de 36 años Leonel Chiarella —con terminal en el gobernador Maximiliano Pullaro—, Córdoba logró retener tres lugares en la estructura nacional: la secretaría general quedó en manos de la cordobesa–porteña Piera Fernández; la vicepresidencia segunda fue para Javier Bee Sellares, y Ramón Mestre continuará al frente de una de las siete secretarías que completan el esquema partidario.

Mestre y Bee Sellares jugaron dentro del armado de los gobernadores radicales de Provincias Unidas y del diputado Martín Lousteau, que impulsaron al pullarista Chiarella al frente del centenario partido sin pintarse de violeta. En la vereda opuesta, Elisa Caffaratti —del riñón de Rodrigo de Loredo— y la cornejista Soledad Carrizo confluyeron en el sector del tercio de delegados proclive a una alianza con La Libertad Avanza, que se ausentó del plenario en señal de desacuerdo.

Desde el espacio referenciado en el gobernador mendocino Alfredo Cornejo —aliado de los libertarios— aclararon que el portazo no respondió a una disputa por cargos, sino al rechazo a una estrategia nacional que, a su criterio, empuja al radicalismo hacia Provincias Unidas. “La foto de los cinco gobernadores no se concretó y el nuevo comité arranca débil”, deslizaron desde ese alineamiento, que no logró torcer la voluntad de la mayoría.

“No compartimos la estrategia nacional por la que quieren llevar al radicalismo. No lo decimos nosotros, sino un electorado (radical) que eligió que ese no es el camino”, dijo Carrizo. “No es una cuestión de lugares, sino de visión política”, afirmó la integrante boina blanca de la mesa política provincial que La Libertad Avanza conformó junto al Frente Cívico de Luis Juez.

Desde la flamante conducción nacional discrepan con esas críticas y sostienen que la renovación es una apuesta a fortalecer la identidad partidaria tras un año electoral adverso. “Volver a generar valores y sentido de pertenencia es uno de los datos positivos que deja este proceso”, remarcaron.

La interna con tonada volvió a quedar expuesta dentro de la “gran rosca” nacional, con movimientos de los extremos —anti Milei y pro libertarios— que impidieron consensos amplios y reflejaron el nivel de fragmentación del radicalismo frente al poder libertario que hoy habita la Casa Rosada.

Interna a la cordobesa

En clave provincial y con la mira puesta en 2027, el debate se traslada ahora a la definición del calendario electoral de la UCR cordobesa, pese a la apuesta del tándem De Loredo–Marcos Ferrer por prorrogar los mandatos de la actual conducción. Mestre fue el primero en reclamar internas, como reveló Perfil Córdoba, pero ya no está solo en esa pulseada, aunque los intereses en juego son diversos.

La atención se posa en Bee Sellares, ahora con mayor peso en la conducción nacional, quien recompuso el diálogo con Mestre y dejó en claro su intención de disputar la intendencia capitalina en 2027. En esa carrera también aparecen Juan Negri, la propia Carrizo, Dante Rossi y Sergio Piguillem, todos con aspiraciones dentro de la UCR.

Según fuentes consultadas, Bee Sellares ya le pidió a Ferrer reglas de juego claras y el llamado a internas. “Quienes quieren ser candidatos necesitan saber cómo se va a elegir”, resumió un interlocutor. El año preelectoral encontrará al radicalismo cordobés inmerso en una nueva batalla, mientras De Loredo comienza a desplegar su estrategia territorial en su carrera hacia la gobernación.

Más allá de perseguir objetivos distintos, dirigentes boina blanca coincidirán en el reclamo a las autoridades partidarias por la definición de un cronograma de comicios internos para evitar conflictos como los del último proceso, que terminó judicializado y provocó una fuerte implosión puertas adentro. En el mestrismo y sus aliados analizan una presentación formal.

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“Estuvieron al borde de la imputación por desacato”, recordó un dirigente opositor en su embate contra el deloredismo. La advertencia no fue una simple evocación del pasado reciente, sino un mensaje hacia adelante. Desde Más Radicalismo acusan a De Loredo de “jugar solo” y de evitar “un debate profundo” sobre el rumbo del partido ante el factor Milei.

Otra voz de ese sector fue lapidaria en su diagnóstico sobre la realidad de la UCR con tonada: “Cada uno cree que es el partido, pero el partido no existe porque no hay objetivos comunes”. “Y los organismos del radicalismo no están funcionando”, remató.

De Loredo y sus alianzas

Con una hoja de ruta definida, De Loredo ratificó que será candidato a gobernador en 2027, aunque algunos de sus dichos recientes generaron malestar en el entorno de Luis Juez. “Fue un error”, admitió una voz juecista, aunque en el deloredismo buscaron bajar el tono a la tensión.

“Entre ellos está todo bien”, aseguró un dirigente cercano al referente radical. Sin embargo, persiste el ruido por las causas de la fallida fórmula de 2023, un capítulo que aún no encuentra un final. De todos modos, deloredistas y juecistas coinciden en que la única vía para disputar el poder al PJ es la conformación de un gran frente no peronista en 2027, con los libertarios incluidos.

En los últimos días, quien encabeza el alineamiento de poder en la UCR cordobesa se mostró con ‘Juani’ Negri tras su asunción como representante opositor en el Ersep, en una señal de cohesión interna para ordenar la dispersión. La foto fue leída como un primer paso de una serie de recorridos territoriales que De Loredo realizará en la provincia, al igual que Ferrer, mientras Negri lo hará en la ciudad.

La imagen también exhibió “prolijidad orgánica” por parte de los dirigentes que hoy ocupan roles de conducción y funcionó como mensaje del llamado “triángulo de hierro” radical, según la lectura que hicieron en el negrismo.

En paralelo, De Loredo viene recibiendo en su búnker a intendentes boina blanca, incluso a aquellos que jugaron con Provincias Unidas y que, tras el “fracaso del PJ”, buscan reencauzarse. En esa estrategia con los jefes comunales, el líder de Generación X participó de la cena de fin de año del Foro que los agrupa.

En ese ámbito, con impronta de liderazgo, habló de un “fin de ciclo del peronismo”, cuestionó la gestión de Martín Llaryora y convocó a la unidad para “trabajar juntos y transformar Córdoba”. Como ocurre cada fin de año, De Loredo encabezará el próximo viernes un encuentro de camaradería en su casa, al que asistirán dirigentes, legisladores, intendentes y concejales.

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