En pleno vivo de LAM, la tensión escaló entre Mónica Farro y Yanina Latorre. Lo que parecía una pelea a los gritos terminó en un giro impensado: la vedette se levantó de golpe, caminó hacia la panelista y, en vez de soltarle un golpe, la sorprendió con un abrazo que dejó al estudio en silencio por segundos. El momento fue tan intenso que hasta los demás integrantes del ciclo pensaron lo peor.
“Hubieron miles y miles de mensajes, y agradezco a todos los que me escribieron porque mucha gente se sintió identificada”, lanzó Farro con tono firme, buscando dejar en claro que detrás de la polémica había un trasfondo de hostigamiento. “No es el pelo sucio, es la burla y la humillación”, remató, en referencia a las bromas que habían encendido la mecha.
Mientras tanto, Yanina Latorre intentó bajarle el tono a la disputa: “No fue mi intención humillarte ni nada. En un momento dijiste que yo peleo con todas las chicas nuevas, pero eso no es así. A mí me encanta que vengan todas”. Acto seguido, agregó un gesto conciliador: “Yo no compito con vos. Agradezco lo que estás haciendo de verdad”.
Los panelistas, que no entendían si estaban frente a una reconciliación o a un estallido inminente, no tardaron en meter bocadillo. “Me asusté, pensé que se levantaba para pegarle”, admitió una de las panelistas, mientras otra celebraba: “¡Cuánta luz en este programa!”. El clima se volvió un mix de nerviosismo y risas nerviosas.
En medio del desconcierto, se sumaron comentarios que reavivaron viejas chicanas. Uno de los presentes recordó que “acá te defendió mucho Romina Escalora” y que incluso en redes sociales se multiplicaban los memes sobre el famoso chiste del pelo. La tensión ya estaba en boca de todos.
Al final, la propia Farro cerró el ida y vuelta con una frase que dejó claro su fastidio: “No tiene olor mi pelo”. Una declaración que, aunque con tono gracioso, buscó ponerle un punto final a la controversia que mantuvo a todo el estudio en vilo.