El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) “pateó el tablero”. Así describieron los analistas lo que pasó este martes en el mercado de granos. El informe mensual del organismo estadounidense llegó con una doble sorpresa: recorte en la producción de soja y un ajuste histórico hacia el alza en las estimaciones para el maíz. Un “cosechón”. La reacción fue inmediata en Chicago: la soja para septiembre cerró en US$372,12 por tonelada, con una suba de US$7,71, mientras que el maíz terminó en US$146,25, con una baja de 5,32 dólares.
“Hoy tuvimos un mercado influenciado por la publicación de las cifras del USDA. En sí, un informe bajista para maíz, pero alcista para la soja”, resumió Eugenio Irazuegui, de Zeni.
El analista destacó que el organismo incorporó la situación agronómica a la hora de proyectar la cosecha estadounidense. “En las mediciones anteriores, si bien ya venía evaluando la superficie finalmente destinada (junto a las revisiones posteriores a la culminación de labores) tomaba un rendimiento promedio en base a la tendencia de las campañas precedentes”, detalló. Este cambio metodológico derivó en resultados muy dispares para los dos principales granos.
El recorte más importante fue en el maíz. Según Carlos Pouiller, director de AZ Group, ahí fue donde el USDA “pateó el tablero”. Las expectativas privadas promediaban los 406 millones de toneladas y el techo estaba en 414 millones, pero el organismo proyectó 425,26 millones, un 12,6% más que el año pasado y muy por encima de cualquier estimación previa. El rinde promedio se ajustó a 118,50 quintales por hectárea, récord histórico para los Estados Unidos.
A partir de este volumen, las estimaciones finales de stock para el ciclo 2025/26 subieron a 53,8 millones de toneladas, cuando el mercado esperaba 48,7 millones y el ciclo anterior había cerrado con 33 millones. Esto implica un salto del 62% en un año. Aunque también crecieron las proyecciones de consumo y exportaciones, la magnitud del aumento productivo dejó una relación stock/consumo de 16,2%, frente al 13% anterior.
Para Juan Manuel Uberti, de la corredora Grassi, son datos “muy bajistas” que “superan ampliamente lo que esperaba el mercado”. El analista de mercados, Gustavo López, también remarcó lo inusual del ajuste. “Es la única vez que han hecho un cambio tan significativo. Los americanos se caracterizan por ajustes muy pequeños, sobre todo después de la cosecha. Todavía ni siquiera empezaron, así que llama la atención que ajusten 25 millones de toneladas. Eso tiene un impacto como una bomba atómica en el mercado”, dijo.
En soja, el panorama fue el inverso. El USDA recortó la producción a 116,82 millones de toneladas, un millón por debajo del promedio esperado por los privados y dos millones menos que el año pasado. El rendimiento promedio quedó en 36,1 quintales por hectárea.
Las existencias finales bajaron a 7,9 millones de toneladas, contra 9,8 millones que esperaba el mercado y 9 millones de la campaña pasada. Es una caída del 12% interanual, que deja la relación stock/consumo en el 10,9% para el ciclo 2025/26. “El informe sorprendió en sentido positivo; los números de producción y stock fueron inferiores a las expectativas y eso se tradujo en una suba inmediata de precios”, señaló Pouiller. Según Uberti, “son datos alcistas para soja, ante una menor producción estimada y menores stocks finales”.
Para López, sin embargo, detrás de la suba hay algo más que fundamentos productivos. “No creo que la suba se explique solo por el recorte. Creo que Trump está presionando para conseguir un ingreso mayor en China de la soja americana. Desde mayo, Estados Unidos no le vende nada a China. En la campaña 2024/25 le colocó 23 millones de toneladas, pero en lo que va de la actual hay cero. En cambio, Brasil ya comprometió 19 millones y Argentina 2,3 millones. Lo que están pensando los americanos es volver a entrar al mercado chino, y eso también juega en Chicago”, apuntó.
En un informe, entre otros datos, Granar dijo que para la Argentina “el USDA revisó al alza por segundo mes consecutivo su estimado de producción de soja, esta vez, de 49,90 a 50,90 millones de toneladas. En cuanto a las exportaciones, sostuvo en 6,10 millones de toneladas las de poroto, pero elevó de 29,10 a 29,50 millones las de harina y de 6,45 a 6,55 millones las de aceite».