Inter contra la violencia de género – Crédito: @Inter
La crisis deportiva en Italia parece no tener fin. La Selección nacional volvió a quedar envuelta en un escándalo tras la dura derrota 3-0 ante Noruega en Oslo, en el inicio de las Eliminatorias europeas rumbo al Mundial 2026. El golpe fue tan fuerte que la Federación Italiana de Fútbol decidió cortar por lo sano y despidió a Luciano Spalletti como entrenador, apenas meses después de haber asumido el cargo.
La situación es dramática para una selección que ya quedó fuera de las últimas dos Copas del Mundo (Rusia 2018 y Qatar 2022) y que, tras este nuevo tropiezo, vuelve a mirar con preocupación el futuro. Los ecos del fracaso empiezan a retumbar fuerte en los pasillos de la Federación, donde ya se barajan nombres de posibles reemplazantes.
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Uno de los primeros en aparecer fue Claudio Ranieri, quien actualmente cumple funciones como director deportivo de la Roma tras su retiro como DT, pero que estaría dispuesto a ponerse el buzo de la Nazionale por primera vez. También Roberto Mancini figura entre las alternativas: el campeón de la Eurocopa 2021 se encuentra libre tras su fugaz paso por Arabia Saudita y no vería con malos ojos un regreso al banco que dejó en 2023.
El próximo partido frente a Moldavia, que en otro contexto podría haber pasado desapercibido, se convirtió en una verdadera final. Italia no solo se juega puntos clave en la clasificación, sino también una chance de reencontrarse con su identidad y no volver a quedar marginada del torneo más importante del planeta. Con un plantel en plena transición y sin rumbo claro, la «Azzurra» enfrenta uno de sus momentos más oscuros en la historia reciente e intenrará resurgir a tiempo.