Esta semana Carlos Alberto “Indio” Solari cumplió 76 años. Siendo uno de los fundadores de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y con una gran trayectoria solista, es de los músicos más convocantes del país, o al menos lo era mientras subía en los escenarios. Su voz y sus metáforas lo hacen un ícono de la contracultura en la escena del rock argentino. Pero ¿cómo fueron sus inicios? ¿Qué fue del Indio antes de los Redondos?
Infancia en Paraná
Carlos Alberto Solari, más conocido como “el Indio”, nació en Paraná, Entre Ríos, el 17 de enero de 1949. Allí vivían en la sede del Correo Argentino de Paraná, ubicada frente a la Plaza Primero de Mayo.
Su padre, José Solari nacido en el 1900 había trabajado toda su vida en el Correo Argentino como “guarda hilos” entre La Pampa y Río Negro, luego fue el director de Correo Argentino en la sede entrerriana.
Celina “Estelita” Choy, mamá del Indio, era la hija de una adinerada familia de Río Colorado, dueña de algunos hoteles de esa ciudad y Choele Choel.
En la plaza 1 de mayo fueron los primeros contactos del Indio con la música. Allí frente a su casa tocaban las bandas del municipio, de la marina y la policía.
Primeros años en La Plata
Nuestra historia se muda a la ciudad de La Plata, donde se instaló la familia Solari. La casa se ubicaba en 41, entre 7 y 8. Por el año 1955 la situación de la familia había cambiado bastante a raíz del golpe gorila.
Allí en el barrio frecuentaba Guillermo Breer, un cantante de chamamé conocido como “El Indio Pitaguá”, quien era autor de una canción muy popular de la época, El pájaro Chongui. Cuenta el Míster que siempre que pasaba por la calle todos hacían silencio en señal de respeto y murmuraban “ahí pasó un artista, ahí pasó el artista”. Esto fue algo que lo marcó a fuego, soñando algún día ser él el artista.
Una de las tardes de travesuras en la calle, el Indio es atropellado por un auto y resulta con una fractura expuesta de tibia y peroné. En los meses de recuperación comenzó a pintar, leer a Julio Verne, libros de política, historia, geografía, entre otros. El mismo cuenta en su libro Recuerdos que mienten un poco: “Varios meses después en las reuniones familiares comencé a tener razón en muchas cosas”.
Rebelde, iba a contramano de lo que su padre quería para él. Lejano a la religión, solo asistió un tiempo a catequesis ya que en el salón de la iglesia proyectaban films clásicos de época, había metegol y mesa de ping pong. Lejano a la educación formal, prácticamente no cursó el secundario, pasando un tiempo por el Bellas Artes de La Plata, algunos colegios industriales y luego una escuela nocturna.
Adolescencia y comienzos artísticos
Para fines de los 60, sus padres se mudarían a Valeria del Mar donde habían construido una casa, el Indio se queda en la ciudad de La Plata. Su casa comenzaría a ser popularmente llamada “La Trinchera” , sería el lugar de reunión para él y sus amigos.
Para el año 1967 comienza a trabajar como dibujante en la casa de gobierno, y se ubica en una feria de artesanos. Empieza a incursionar en el arte y la pintura al mismo tiempo que crece su experiencia cada vez más fuerte con el alcohol y las drogas. El consumo de ginebra y anfetaminas le costaron algunas internaciones.
En 1969 comienza el servicio militar, obligatorio por aquel entonces, pero gracias a su hermano, quien tenia una carrera militar y algunos contactos, logra hacerlo en La Plata y con menos presión. Poco tiempo después, inventando una supuesta enfermedad de su madre logra irse. Se muda a Valeria del Mar junto a sus padres, allí vive algún tiempo hasta que su padre muere a causa de un cáncer en el pulmón.
A mediados del 1972 decide emprender un viaje a Brasil junto con quien era su compañera del momento, viven un tiempo en Río de Janeiro haciendo artesanías. Andrea queda embarazada y deben volver debido a las presiones familiares. Una vez en La Plata se casan, pero poco tiempo después Andrea pierde el embarazo.
Andrea fue quien acercó alguna de sus amistades a Solari, entre ellos “el Negro” Beillinson (hermano mayor de Skay). Juntos rodaron un corto llamado Celos y dos largometrajes, uno llamado Francin el Cazador, la historia de un tipo que a partir de una nave estrellada en la tierra comienza a armar la propia; y El sueño de Okis, basada en una novela judía filmada en la casa alquilada por el Indio en City Bell. No siguieron otros proyectos ya que “el Negro” se va a vivir a Venezuela. Sin embargo comienza a tener contacto con el hermano menor, Eduardo “Skay” Beillinson.
El Indio y Skay habían comenzado a hacer música para las bandas sonoras de los films que filmaban junto al Negro. Mientras Skay tocaba la guitarra, el Indio hacia algunas voces con ecos. Incluso Skay recuerda que en uno de esos ensayos habían llegado con una letra “híper futurista” que había llevado “El mono Cohen”, más conocido como Rocambole a partir de un libro de ciencia ficción.
De estos ensayos y juntadas salen las primeras canciones del Indio junto a Skay como El hidromedusa, El súpersport y un blues llamado Honolulu. Aunque aún no eran “los Redondos” eran sus primeras experiencias juntos en la música.
Dictadura y detención
Comenzaba el año 1976 y la situación del país era nefasta, el ascenso de la dictadura marcaba una difícil situación para todos y los niveles crecientes de represión hacían complicadas las cosas, aún más para este grupo de jóvenes intelectuales que frecuentaban algunas organizaciones juveniles de La Plata.
En una de las juntadas en la casa del Indio de City Bell llega un operativo policial enorme, que se lleva a todos detenidos. El Indio recuerda en una entrevista que rumores del barrio los habían asociado a la agrupación Montoneros.
Luego de unas horas la mayoría son liberados, menos tres personas: El Indio, Luis María Canosa (quien luego moriría en la masacre de pabellón séptimo) y un amigo más. Allí son depositados en un calabozo y torturados durante días.
Una vez liberados, la gran mayoría decide irse de La Plata por un tiempo. Skay y la Negra Poli se van a Salta y el Indio se va a Valeria del Mar.
El Teatro Lozano y la germinación de Los Redondos
Para 1977 vuelven a retornar las juntadas y ensayos, pero esta vez alquilando el Teatro Lozano de La Plata, donde se dan las primeras presentaciones. Este teatro descubierto por la Negra Poli era muy económico para alquilar.
Las presentaciones ocurrían con decenas de músicos en escena, soltadas de gallinas, obras de teatro, bailes y algunos monólogos de Enrique Syms, el “Mufercho” y todo tipo de manifestaciones artísticas. Una varieté un tanto caótica que daba vía libre a la expresión artística de todo tipo.
Skay también participaba con quien era su banda del momento, La cofradía de la flor solar, un grupo artesanos que mezclaban música con otras performances en vivo. Una propuesta de rock experimental increíble para su época.
Estás presentaciones cada vez más numerosas y con una entrada para cubrir el vino y el alquiler del lugar, como cuentan algunos de los que las presenciaron, fueron la piedra inaugural de lo que se convertiría en Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.