Tras haberse conocido la noticia de que los Estados Unidos reclamarían nuevamente la totalidad de las operaciones, así como de la propiedad del Canal de Panamá, otros actores en la geopolítica actual parecen haber adquirido interés en el mismo.
Uno de los países con mayor influencia y poder económico mundial ha demostrado un particular interés sobre la obra que data del pasado siglo. El régimen chino de Xi Jinping mediante promesas de soberanía busca inmiscuirse seriamente en el istmo panameño.
A través de declaraciones de la cancillería, el gigante asiático mencionó que la propiedad así como su construcción se tratan de una »gran creación del pueblo panameño». Sin embargo, como la historia evidencia, el canal fue construido a principios del siglo XIX bajo el liderazgo del republicano Theodore Roosevelt.
La portavoz de la cancillería china, Mao Ning, declaró este lunes que China siempre ha abogado por la soberanía del pueblo panameño por sobre el canal. Esta se convierte en una declaración hipócrita por parte del gigante asiático, ya que al tiempo continúa subyugando a Taiwán bajo su poder.
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A pesar de declarar el apoyo por la soberanía panameña en el canal, las intenciones chinas con completamente diferentes. Desde el año 2016, a base de inversiones y relaciones con el gobierno panameño, el régimen chino busca adquirir el control de las operaciones del canal.
Con el objetivo de incrementar su presencia en distintas regiones del planeta, China comenzó a observar al istmo panameño como una oportunidad en la pasada década. Luego de restablecer relaciones con Panamá, provocando que esta rompa relaciones con Taiwán, la potencia asiática comenzó a establecer su gran influencia en América central.
El establecimiento de relaciones sino-panameñas dieron nacimiento a una serie de acuerdos que ambas naciones establecieron, uno de ellos, acerca de la obra desarrollada por Estados Unidos que es utilizada por alrededor del 6% del tráfico marítimo de mercaderías.
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Desde el punto de vista estratégico, China ve en Panamá un punto vital para establecer su influencia en América Central. En este proceso de expansión, la potencia asiática también planea construir un canal en Nicaragua, un país comunista y dictatorial.
China en los últimos años se ha convertido en uno de los principales usuarios del Canal de Panamá, así como uno de sus mayores inversores. Tal es la importancia que el gigante asiático ha adquirido en la zona, que el primer buque en cruzar el canal tras su expansión, fue de bandera china.
A su vez, China ostenta el título de ser el mayor proveedor de la Zona Franca de Colón, siendo que en el año 2017 la zona franca importó mercadería por valores de casi 1.500 millones de dólares.
Las intenciones de China son muy claras en un contexto global en el cual prima la inestabilidad y el comercio global se erige como motor principal de las pretenciones de las distintas potencias. Estados Unidos deberá tener una gran eficacia para frenar la creciente influencia de Beijing en el mundo.
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