El fútbol requiere disciplina y constancia. Mario Jardel, considerado uno de los mejores delanteros de su época, tuvo una carrera que prometía marcar la historia, pero sus adicciones lo alejaron del estrellato. Su trayectoria es un ejemplo de cómo las dificultades personales pueden afectar incluso a los atletas más talentosos.
El caso de Jardel resalta la importancia de abordar temas como las adicciones y la salud mental en el deporte. Su historia muestra que, más allá de los títulos y los goles, los deportistas también enfrentan luchas internas que pueden definir sus vidas dentro y fuera de la cancha.
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El exjugador de fútbol comentó en el Gran Hermano Famosos de Brasil sobre sus problemas con las adicciones
Cómo fue la carrera de Mario Jardel
Mario comenzó su carrera profesional en 1991 con el Vasco da Gama en Brasil, donde ya mostraba su capacidad goleadora. Sin embargo, fue en el Gremio de Porto Alegre donde su nombre empezó a destacarse internacionalmente, especialmente al convertirse en el máximo goleador de la Copa Libertadores en 1995, torneo que también ganó con su equipo.
El salto a Europa llegó en 1996, cuando fichó por el Porto de Portugal. En este club, el golero vivió su mejor momento, anotando 130 tantos en 125 partidos. Fue máximo goleador de la liga portuguesa en tres temporadas consecutivas, ganando la prestigiosa Bota de Oro en 1999. Este éxito lo consolidó como uno de los delanteros más efectivos del continente.
En 2000, se trasladó al Galatasaray de Turquía, donde continuó su racha goleadora y ganó títulos importantes, incluido un doblete en la Supercopa de la UEFA contra el Real Madrid. Su carrera parecía ir en ascenso, y en 2002 se unió al Sporting de Lisboa. Fue en este equipo donde coincidió con Cristiano Ronaldo, a quien se dice que enseñó técnicas de cabezazo, pero también donde comenzaron sus problemas fuera del campo.
Hasta 2003, Jardel acumulaba cifras impresionantes, con casi 300 goles en poco más de 300 partidos. Sin embargo, ese mismo año, los excesos comenzaron a pasarle factura, marcando el inicio de una etapa de declive tanto en lo profesional como en lo personal.
Qué pasó con Mario Jardel
En 2002, mientras aún jugaba para el Sporting de Lisboa, Jardel sufrió una sobredosis de cocaína que lo mantuvo despierto durante siete días. Este episodio marcó el principio del fin de su carrera. En entrevistas recientes, el jugador reconoció que su adicción a las drogas y su falta de disciplina lo llevaron a perder el rumbo tanto en el fútbol como en su vida personal.
Tras salir del Sporting en 2003, su trayectoria dio un giro drástico. En los siguientes años, pasó por 15 clubes en 11 años, jugando solo 120 partidos y marcando apenas 18 goles. Aunque llegó a equipos como Newell’s Old Boys, donde fue campeón en 2004 bajo la dirección de Américo Gallego, su rendimiento ya estaba muy lejos de su nivel anterior.
Además de los problemas con las drogas, el deportista sufrió de depresión y aislamiento social, especialmente después de retirarse del fútbol. «Después de que dejas de jugar, nadie te llama», confesó el brasileño, destacando lo difícil que es para muchos exfutbolistas adaptarse a una vida lejos de los reflectores.
En los últimos años, exdelantero intenta reconstruir su vida. Trabajó como intermediario en el fútbol y se ha involucrado en proyectos deportivos, como su rol en 2021 como coordinador en un modesto club de Portugal. También utilizó su experiencia para crear conciencia sobre las adicciones, compartiendo su historia en programas de televisión y eventos públicos.