viernes, 22 noviembre, 2024
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Con Thierry Frémaux: desde hoy, lo mejor del Festival de Cannes, a $2.000

Como todos los años, Thierry Frémaux viene a la Argentina a presentar la Semana de cine del Festival de Cannes, y siempre dice cosas nuevas. Es uno de los hombres más poderosos de la industria de cine, como director artístico del Festival de Cannes desde 2001 y delegado general desde 2007.

Y como todos los años desde 2014 cuando tuvo lugar la primera Semana, para en el mismo hotel en Puerto Madero, se pide un café y está dispuesto a hablar de todo: de las películas que se verán desde este viernes 22 en el cine Gaumont, a $2.000 la entrada, a la actualidad del cine mundial, un balance de la edición de Cannes de este año y, aunque se reconoce extranjero, del estado del cine en la Argentina.

-Cambiaste el celular por lo que veo. Te estás actualizando.

-Sí, je.

-Y tenés la camiseta puesta (Frémaux es director actual del Instituto Lumière, en Lyon, y lleva una del mismo).

-Estoy muy, muy contento de estar aquí. Especialmente este año, que solamente son tres días de proyecciones de la Semana de Cannes.

Thierry Frémaux, director artístico del Festival de Cannes, en Puerto Madero. Fotos Guillermo Rodriguez Adami

De nes Semana de Cannes a fin de semana de Cannes

-Te quería preguntar qué sucedió, que de la Semana de Cannes se pasó al Fin de semana de Cannes…

-No, es una manera de tratar el evento como un fin de semana, con una apertura el viernes, dos películas el sábado, dos, el domingo. Hay cinco películas como de costumbre, el mismo número de películas. Y bueno, no podemos volver a al sistema anterior. No sé… No hay más apoyo del INCAA, así que el evento lo pagamos nosotros. El INCAA no tiene nada que ver con el evento este año.

-¿Antes era compartido?

-Sí, sí, sí, sí, sí. Antes éramos como socios, pero no, este año no había más plata, y yo no quería ir a Montevideo, donde hacemos Ventana Sur, porque para mí… Primero, hace 15 años más o menos que hacemos la Semana de Cannes. Y la fidelidad del público porteño por este evento ahora llama a mi propia fidelidad por el público argentino. Además de que es un éxito muy grande, y que es el único evento que hacemos en el mundo. Hicimos algo en Hong Kong, hicimos algo en algunas partes, pero no como aquí.

-Pero no con continuidad.

-Exacto. Y para mí es importante, y sobre todo si hay fragilidad… En una situación frágil del cine, bueno, nosotros estamos al lado. Y por eso yo quería mantener este evento. Lo pagamos nosotros, también lo hacemos nosotros.

-¿Creés que va a ser difícil que haya películas argentinas en Cannes el año que viene? Bajó la producción, no se está produciendo mucho este año.

-Y eso es otro tema. Bueno, estoy aquí de manera totalmente libre, independiente, con la libertad total. Y no quiero hablar de lo que está pasando en este país, porque no es mi país. Pero seguro que hay un peligro sobre el cine argentino, porque el sistema anterior no existe más y no quiero que nuestra próxima discusión en tres años sea la desaparición del cine argentino. O del cine de autor.

«La fidelidad del público porteño por este evento ahora llama a mi propia fidelidad por el público argentino», dice Frémaux, que optó por seguir con la Semana en el Gaumont, y no llevarla a Montevideo.

Porque el cine argentino cuenta, el cine argentino es importante, y es importante desde hace muchos años, desde los años ‘50 y ‘60. Pero recién en los últimos 20 años las películas argentinas pasaron a ser muy importantes, lo mismo que la presencia de este país en el mundo del cine, que es decir en el mundo. Y por supuesto que la primera consecuencia de lo que están haciendo con el cine aquí será que habrá muchas menos películas, y ésa es mi preocupación también.

-¿Vas a tener alguna reunión con alguien del INCAA, aprovechando tu viaje aquí?

-Sí, sí, pero no tengo ningún poder para cambiar nada. Mi presencia no es solamente para presentar las películas, también es para ver gente de la industria profesional, productores y artistas, también periodistas. Y nunca en los últimos 15 años hemos tenido una situación así. A mí no me gusta hacer grandes discursos y todo eso, pero hay que hacer cosas, como esto que hacemos este año, y que haremos el año próximo también.

Las películas en el Gaumont

-¿Cómo fue el panorama este año de Cannes? ¿Por qué elegiste estas cinco películas?

-Bueno, hay cosas técnicas, de fechas de estreno, de posibilidades. Pero estoy muy contento de lo que tenemos, porque tenemos la Palma de Oro (Anora, de Sean Baker, el domingo a las 19), tenemos el Grand Prix, (All We Imagine as Light, de Payal Kapadia, sábado a las 19), tenemos la de Audiard (Emilia Pérez, el viernes a las 20), tenemos la de (Mohammad) Rasoulof (The Seed of the Sacred Fig, domingo a las 22:15) y también la de Sorrentino (Parthenope, el sábado a las 22:15). Pero el sueño sería hacer aquí más, tener como diez películas, cinco de la competencia, tres de Un certain regard, o algo de fuera de la competencia, porque este año fue un año increíble en Cannes. Y lo digo porque tenía miedo a fines de marzo. No, no con las secciones paralelas, pero con la Competencia…

Frémaux (en la foto, en la alfombra roja, con Demi Moore) cuenta que incluir «La susrancia» en la competencia fue todo un desafío.Foto AFP

-Qué raro, ¿por qué? ¿No había material?

-No, no había material. Y poco a poco, y también con el desafío de poner en competencia La sustancia y la pequeña película de autor Diamant brut, que estrenó esta semana en Francia. Era un desafío para abrir más ventanas y hacer entrar más oxígeno a Cannes. Porque siempre la idea de Cannes es decir ¿qué es el cine hoy? Y si bien hay autores tradicionales, a mí me gusta también lo que hizo el Jurado, de darle la Palma de Oro a Sean Baker, un cineasta independiente, un cine diferente, un cine que viene después de los años de COVID. Porque estamos todavía en “después del COVID”. Y con la prueba, el hecho fuerte de que el cine tiene una salud increíble.

-¿Qué es lo que más te gustó de la película de Sean Baker, “Anora”?

-Es la continuación de su trabajo. Es un autor y él muestra con una película de cine, que no es una serie, porque las series lo hacen, una cara de los Estados Unidos que no conocemos. El cuando filma hace este tipo de película, aquí se mete con la comunidad rusa. Y es la América profunda. A él no lo conozco muy bien, pero viene de la escuela de cine, aunque no es tan joven, tiene 50 años, y hace un trabajo de autor. Hace un trabajo como un pintor. Y eso me gusta mucho.

El director independiente Sean Baker, posando con la Palma de Oro por la película «Anora». Es la primera de las funciones que se agotó.

Como la idea de tener a Rasoulof, porque el primer gran festival donde surgió fue Cannes, y ahora tenerlo de vuelta en competencia con una película que es una buena película, además de lo que cuenta. Al fin, la película es un western. Y un francés (Audiard) que hace una película en México, pero que fue hecha en París, una película italiana, otra de la India. Y todo eso muestra, en cinco películas, que el cine tiene su propia fuerza, más que nunca, o más que después del COVID, después de todas discusiones sobre las plataformas de video, Internet y todo eso.

-¿Y ha cambiado algo nuevo con el auge de las plataformas?

-El próximo año vamos a celebrar el 130° aniversario de la invención del cine. Y los Lumiere lo hicieron, pero lo inventaron filmando una película y lo inventaron abriendo una sala de cine. Y el arte, la creación con imágenes animadas, bueno, eso se puede ver en todas partes, pero la sala es una invención propia del cine, así como hay casas de óperas para ver ópera, aunque la situación sea frágil, y me parece, sobre todo aquí, pero la sala tiene su importancia, más y más reconocida.

-¿En Francia se sigue fomentando mucho el apoyo al cine, la gente sigue yendo también a las salas?

-Sí. La plata del cine en Francia viene del cine. Es una proporción muy baja sobre cada entrada.

Un lujo. En la ceremonioa de clausura, Francis Ford Coppola, que llevó «Megalópolis», le entregó la Palma de Oro de honor a George Lucas. Foto EFE

-Acá una fuente de financiar el cine es con el 10% del precio de la entrada.

-En Francia no es tanto, es menos. Pero como hay un éxito muy grande en las salas, y también se recauda plata de las películas extranjeras, de allí se consigue la plata de la comunidad cinematográfica. Pero seguro que el apoyo del gobierno o de la potencia pública, es un apoyo político, con el cine en las escuelas, con el apoyo a festivales, a las salas y todo eso. Las provincias apoyan a la producción, y eso es importante. No hay Ministerio de Cultura o algo como el INCAA en los Estados Unidos, pero hay algo de cada estado en los Estados Unidos, que es un apoyo de producción con plata, o rebaja de impuestos.

Así que no hay que decir que es una manera de gastar la plata pública. No, no, es una manera de invertir la plata pública en cosas que cuentan en el alma de un país. Yo estaba mirando hace poco “Guerra civil, de Alex Garland. Bueno, si todo sigue igual, me pregunto ¿adónde vamos, y qué podemos hacer? Nosotros somos gente de cine, pero es más que en el cine, es en la literatura, pasa en la cultura, y la cultura es más que las artes. Esta cultura común, de una manera de estar todos juntos en una sala, en este momento por supuesto que es difícil. Bueno, en Francia la situación económica es muy frágil también.

Karla Sofía Gascón, la primera actriz transgénero en gana un premio a la interpretacion en Cannes. Lo hizo, compartido, con el elenco femenino de «Emilia Pérez». Foto AFP

-¿Por dónde ves que pasa ahora la innovación, notás que hay una nueva corriente por alguna región del mundo?

-Sí, si hablamos de geografía, ahora que conocemos el cine de Latinoamérica, el cine norteamericano, el cine de Asia, y que no existe más el cine ruso, hay un territorio que es muy importante, más y más, que es África. De África del Norte ya sabíamos, el tema muy importante ahí es que son directoras en África del Norte. África del Oeste, ex Francesa, también hay muchas promesas, pero también hay promesas en el cine del Este, de Somalia, de Etiopía.

Son territorios de guerra. Hay gente para hacer películas y son buenas películas con una manera de hacer cine que es propia, como la música de África que no es la música de Londres de los años ’60, y eso a mí me parece muy importante. Que Cannes sea el lugar de las formas nuevas, que no son formas espectaculares de un cine que es ejemplo del cine occidental, de Hollywood, o de Europa.

Precavido. «Cuando tenés un éxito grande, hay que cuidarse. En la montaña los accidentes siempre son cuando bajás, no cuando subís…».

Hace unos años también estábamos esperando, ¿te acordás hace 20 años?, la llegada del cine rumano. Y bueno, veremos cómo van a estar las cosas. Pero después de 130 años de cine es difícil inventar formas nuevas. Pero hay, hay todavía…

-¿Estás pensando en algo con respecto a los 130 años de la creación del cine, para la edición que viene de Cannes? ¿Algún evento especial?

-Veremos. Yo hice una segunda película sobre los Lumiere, que estuvo en San Sebastián, Tokio, Roma, y que va a llegar a las salas en marzo, por este cumpleaños. Es una muy buena película, aún superior a la primera. Se titula Lumiere! Le cinéma. Y en Cannes, no sé. Bueno, es noviembre, muy temprano aún para…

-Me refiero a algún acto en especial, no a películas que puedas seleccionar sobre el tema.

-A mí lo que me gusta más y más es que Cannes es un evento industrial, un evento de prensa, un evento de comunicación, pero también es un evento cultural. Y por ejemplo, este año cuando Coppola le da la Palma de Oro de Honor a George Lucas fue un evento dentro del festival, pero si puedo decir algo, eso fue gratis. Fue un momento de historia, sí, un momento sentimental, un evento cultural. Como dar la Palma de Oro de Honor a Studio Ghibli también.

Y a mí me gusta mucho que la gente de Cannes esté abierta a este tipo de evento, no solamente que vaya a ver la competencia. Este año Cannes fue un año increíble, y no era increíble en el papel. A fines de marzo yo tenía miedo de no tener el material suficiente. Al final sí, porque en el cine hay lindísimas películas de todas partes. Y como el año anterior también fue muy bueno, tenemos que pensar en el futuro, de la necesidad que es Cannes, y sobre todo cuando tenés un éxito grande, hay que cuidarse. En la montaña los accidentes siempre son cuando bajás, no cuando subís.

Las alfombras rojas de Cannes, otro elemento de marketing al que Frémaux le encuentra una explicación.

-Hablabas de la necesidad de Cannes, ¿a qué nivel?

-Claro, por ejemplo, y voy a ir con mucha prudencia, un festival no es inmortal. Un festival puede bajar, morir. Así que nuestro trabajo y deber es el de mantener Cannes a este nivel, porque Cannes no es para nosotros. Cannes es para la industria, existe por los actores, por la prensa. La prensa es un tema que es re importante para mí, porque es frágil.

En los Estados Unidos la prensa tradicional está al lado de las redes sociales. Y la crítica es importante. La mitología del cine del Festival de Cannes, sobre todo, viene de la prensa, ¿de dónde más? No, primero de la prensa. Tenemos también que cuidar la posición de la prensa en Cannes, para testimoniar la importancia de la manera de acompañar las obras, como pasa con la pintura, la música.

-¿Viste alguna película anoche en el avión, que no hubieras visto?

-Ayer, sí, vi cuatro películas.

-No dormiste…

-Y, son 14, 13 horas de vuelo… Vi dos películas que ya conocía, una, el documental sobre Chaplin, que estuvo en Cannes hace dos o tres años, y también El planeta de los simios. Sí, sí, la última. Yo quería guardarla para ir a verla con mis hijos, pero al final… Yo no estoy de acuerdo con Air France, porque antes había muchas más películas.

Goro Miyazaki y la Palma de Oro honoraria al Studio Ghibli, de animación. Foto AFP

-Era más variado. Pasa en todos lados, me temo… Después de todos los años que llevás a cargo del Festival de Cannes, ¿hay algo que te siga sorprendiendo?

-Cada año voy aprendiendo. Sí, porque el cine es siempre diferente. Pero ahí hay algo de mantener la química, la alquimia de Cannes, que no se conoce. Yo tampoco la conozco. Y mejor es no conocerla. Pero sí, me parece que aprendemos cosas, porque es un evento con cosas que no tienen nada que ver con el cine, que son más sobre las marcas, el tapis rouge (la alfombra roja), la utilización de Cannes como evento de medios. Tenemos que hablar más de cine.

La legitimidad es porque hablamos de cine. La única cosa que importa para vos, para mí, es el cine y el proceso de selección a propósito del cine, no solamente la calidad de las películas, pero del cine del mundo. No hay ninguna diferencia entre un festival pequeño, perdido en un país, y nosotros. Es el mismo trabajo y otra vez me parece que Cannes está al frente, no quiero decir de una época nueva, pero tras el éxito después del éxito, seguro que tenemos que pensar en el futuro. Y cuál puede ser la utilización del prestigio del Festival de Cannes y para quién.

Una de la respuesta a esta pregunta es la prensa. En Lyon yo salvé Positif, no la hemos comprado, porque eso cuesta mucha plata. Pero cuando Positif, que nació en Lyon, estaba sin editor, sin empresa para financiarla, la ayudamos. Así que las dos revistas de cine más importantes, Cahiers du Cinéma y Positif, que nacieron en el ’51 y el ’52, todavía están vivos en papel. Cahiers porque es la tradición, con gente muy rica, con mucha plata para dar y hacer una revista muy radical, y Positif con nosotros, una institución pública para ayudarle, porque son todos voluntarios, benévolos, sin sueldos. Perdemos mucha plata, pero bueno, es por la gloria, la gloria de hacer una revista de cine.

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