Sin embargo, la casa de Terán desafectó unas 26 hectáreas, que son las que actualmente generan este litigio. El detalle más importante es que no quedó devuelta oficialmente a sus dueños originarios y tampoco quedaron inscritas en el Registro Inmobiliario. Legalmente, esas tierras son de su propiedad.
“De las 35 hectáreas que corresponden a la expropiación realizada, sólo se tomaron nueve para el parque y se desafectaron las 26 restantes. Esas tierras pertenecen a la familia Velárdez”, precisó el funcionario. “Vamos a acompañar el proceso porque se está cometiendo un grave ataque al medio ambiente de la zona”, añadió.