El príncipe heredero del Reino de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, compró el Salvator Mundi, atribuido a Leonardo Da Vinci, por US$ 450 millones de dólares en 2017. Desde entonces, está guardada bajo las más estrictas condiciones de seguridad en una bóveda de un banco suizo.
Sin embargo, copia fiel del genio florentino – o “copia” a secas-, ese preciado y precioso objeto artístico será el imán con el que el país de los inmensos desiertos atraerá –confían- el turismo internacional, llevándolos a conocer en principio, Riad, la capital saudí.
La revelación fue hecha por el mismo príncipe a un periodista de la BBC, durante la entrevista realizada en el rodaje de un documental dedicado a él. En esa cinta, El Reino: El Príncipe Más Poderoso del Mundo, Mohammed bin Salman dijo sin más que uno de sus proyectos para abrir Arabia al mundo es construir una réplica del famoso Museo Louvre, de París, para que fuera el destino final de Salvator Mundi.
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Annalisa Di Maria, miembro del Comité de Expertos en Arte y Literatura del Centro UNESCOde Florencia conmocionó el mundo del arte en 2017 cuando afirmó que el cuadro que el ministro de Cultura de Arabia Saudita, Badr bin Abdullah bin Farhan al Sauden, acababa de comprar en una subasta de Christie’s, realizada en Abu Dhabi, no era el auténtico Salvator Mundi de Lonardo Da Vinci.
El ministro había comprado la tela por encargo del heredero real saudí y por él había pagado, efectivamente, una cifra récord en el mundo del arte: US$ 450 millones. La operación había sido la compraventa más onerosa del arte. Sin embargo, según Di María ese Salvator Mundi no fue pintado por Leonardo Da Vinci; era falso. Y aparentemente lo sigue siendo porque nadie rebatió su teoría hasta el día de hoy. Todo lo contrario.
Annalisa Di Maria abunda en detalles para explicar porqué esa obra es un auténtico Leonardo y una de sus frases lo resume: ‘Jamás Leonardo lo habría pintado así, de frente? «
Once opiniones de expertos leonardianos, corroboraron la investigación de Di Maria. Citemos solo uno, al profesor Roberto Manescalchi. Después de haber estudiado toda la documentación disponible y el trabajo de Di Maria, el 5 de febrero de 2024, dijo públicamente que el dibujo sanguíneo en cuestión, “ se trata de una obra autógrafa de Leonardo da Vinci”. Manescalchi es uno de los principales estudiosos de Piero della Francesca y gracias a sus estudios pudieron redescubrirse obras de Giotto, Botticelli, Paolo Uccello, Michelozzo, Morto da Feltre, Rembrant y el propio Leonardo.
«Se podría decir que esta es una de las pinturas más importantes del mundo occidental de Jesús y que es nuestra (Mohammed bin Salman)»
La especialista, que admira la obra de varios genios del Renacimiento, llegó a esta conclusión cuando tuvo delante de sus ojos, en Génova, un dibujo que ella considera el auténtico Salvator Mundi del pintor del Renacimiento italiano. El dibujo muestra a Jesucristo con la mano levantada, repitiendo el mismo gesto que manifiesta en el ya conocido Salvator Mundi que siempre se creyó auténtico.
Se desprende claramente la gran distancia del trazo, los detalles y la técnica empleada, que en absoluto son imputables a la mano de Leonardo; y observando la obra posterior a la restauración, notamos una huella muy diferente a la original, un rasgo demasiado leonardiano que no tenía antes’ (Annalisa Di Maria)»
Di Maria supo que el presunto Salvator Mundi no era auténtico cuando vio un dibujo del rostro de Cristo realizado con tiza roja con la técnica “sanguínea” que Leonardo utilizaba con frecuencia. Ese boceto pertenece a una colección privada en Lecco. Los coleccionistas privados pusieron la obra a disposición de los investigadores que realizaron estudios de laboratorio, análisis de la hoja de papel y exámenes fotográficos. El resultado ratificó que la hoja utilizada para este sanguíneo puede fecharse alrededor del siglo XVI.
Llamada ‘La tierra de las mezquitas sagradas’, Arabia alberga las dos lugares más sagrados del mundo islámico, la Gran Mezquita de La Meca y la Mezquita del Profesta en Medina. Ninguno accesible para los no musulmanes»
Manos a la obra, en un tratado de 60 páginas, Annalisa Di Maria abunda en detalles para explicar porqué esa obra es un auténtico Leonardo, tesis que puede resumirse eligiendo una de sus frases: “Jamás Leonardo lo habría pintado así, de frente”.
«Es una obra de increíble refinamiento y de inmediato me pareció una revelación. Me emocioné mucho porque comprendí enseguida que estaba hecha por un artista superior, y contenía la verdadera expresión del puro dinamismo propio de la mano del genio toscano. Una obra probablemente perdida, como la mayoría de sus códigos dispersos quién sabe dónde», argumentó.
Jamás Leonardo lo habría pintado así, de frente’ (Annalisa Di Maria)”
¿Y qué dijo de la pieza Salvator Mundi que compró el príncipe heredero de Arabia Saudita, camuflado en su ministro de Cultura? «De la obra, antes de la restauración, se desprende claramente la gran distancia del trazo, los detalles y la técnica empleada, que en absoluto son imputables a la mano de Leonardo; y observando la obra posterior a la restauración, notamos una huella muy diferente a la original, un rasgo demasiado leonardiano que no tenía antes», aclaró.
Se sabe de todos modos que el Salvator mundi que llegó a Christie’s fue pintado alrededor del año 1500, aunque nunca fue inventariada hasta 1649. No se supo nada de ella hasta que reapareció en 1958, en una subasta de Londres, y alguien la compró por módicos US$ 60, como la pieza de algún discípulo de Leonardo.
Todo quedó ahí hasta que, en 2005, a alguien se le encendieron los ojos –o la billetera-, y aparecieron algunos científicos para “ratificar” que esa pintura salió de la mano de Da Vinci; el precio se cuadruplicó.
En 2006, Sotheby’s vendió la obra al coleccionista ruso Dimitri Rybolovlev, que en 2017 la llevó a Christie’s, que bajó el martillo por US$ 400 millones más el costo de la prima.
Del mismo modo en que Turquía desafía a Occidente cuando sostiene que la Asunción de la madre de Jesús, María, tuvo lugar en Selçuk, muy cerca de Efeso, y a 75 kilómetros de Esmirna y no en Jerusalén, como se presume en el Estado Vaticano, Arabia Saudita también quiere abrazar un caro souvenir del mundo cristiano.
En el documental de BBC, Mohammed bin Salman, el príncipe más codiciado del mundo islámico, dejó bastante claro que su decisión plantea un giro copernicano en la política conservadora árabe de sus ancestros: “La idea era que hubiera una pintura de Leonardo colgada en ese museo y que ayudara a atraer turistas (…) También se le podría dar otro giro y decir que esta es una de las pinturas más importantes del mundo occidental de Jesús y que es nuestra”.
Desde que en 1938 se descubrió petróleo en su territorio, Arabia Saudita es uno de los mayores productores y exportadores mundiales de crudo. Considerado con un alto standard de vida, es el único país árabe que integra el G20. Suele llamárselo “La tierra de las mezquitas sagradas”, ya que alberga las dos lugares más sagrados para el mundo islámico, la Gran Mezquita de La Meca y la Mezquita del Profesta en Medina. A ninguno de ellos tienen acceso los visitantes que no son musulmanes. En estos días, Arabia Saudita inicia una fuerte campaña en Argentina, promocionando sus bellezas naturales y culturales, que son muchas.