La ola polar que afecta a la provincia de Córdoba ha desencadenado un devastador incendio que ha consumido cerca de 4.000 hectáreas en apenas 36 horas en el Cerro Champaquí, según informan los bomberos que combaten el fuego. Más de 160 bomberos se enfrentan al avance del incendio, que amenaza con empeorar debido a las condiciones climáticas extremas.
Fuego en Córdoba: el incendio quemó 350 hectáreas y pasó de Traslasierra a Calamuchita
Una de las causas principales de esta situación es la aparición de la «helada negra», un fenómeno meteorológico caracterizado por la quema de vegetación en lugar de su protección mediante escarcha. Este fenómeno deja una gran cantidad de material combustible, aumentando el riesgo de incendios forestales. Roberto Schreiner, jefe del cuartel de bomberos voluntarios de Villa Allende, explicó que la helada negra ha matado la vegetación, generando un entorno propicio para incendios de gran magnitud.
El incendio en Córdoba, que abarca los valles de Traslasierra y Calamuchita, se ha visto exacerbado por un invierno adelantado y una sequía prolongada. Schreiner destacó que este invierno ha sido especialmente frío y seco, con temperaturas alcanzando los 7 grados bajo cero en Yacanto y un número inusualmente alto de heladas.
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El avance del fuego ha sido particularmente rápido debido a las condiciones climáticas y topográficas de la región. “Nosotros detectamos este incendio el domingo a la tarde, pero la demora en llegar complicaba detener la expansión del fuego”, señaló Schreiner. La humedad del 50% y las bajas temperaturas en el Cerro Champaquí, a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar, han sido insuficientes para frenar el incendio.
La lucha contra el fuego ha implicado un gran esfuerzo por parte de los bomberos voluntarios, quienes enfrentan condiciones extremas y una ardua batalla para controlar las llamas. Schreiner resaltó el apoyo recibido de dos helicópteros y dos aviones hidrantes del Plan Nacional de Manejo del Fuego, además de los recursos aéreos de la provincia de Córdoba.
A pesar de las difíciles condiciones, los bomberos confían en poder controlar el incendio en los próximos días. Sin embargo, la ausencia de pronósticos de lluvia y la naturaleza extrema del fuego representan un desafío significativo. Schreiner concluyó: «Lo vamos a frenar. Calculamos que vamos a lograr extinguirlo en un par de días. Es mano a mano. Cuerpo a cuerpo con el fuego».