La conexión brotó intuitivamente en las profundidades de esa casa, en los recovecos de ese lugar en el que compartieron un aislamiento absoluto de la realidad, de la vida misma. Florencia Regidor y Nicolás Grosman se lanzaron a la aventura de un romance pasional en Gran Hermano.
La blonda aguarda con enorme expectativa el momento de volver a encontrarse con el participante, quien se encuentra en la recta final del reality, a un paso de ingresar en la definición total por el premio de millones de pesos. Movilizada por todas esas vibraciones, Flor reveló una intimidad muy jugada.
La mujer que entró tardíamente al reality, ese bloque de cinco concursantes que embutió la producción para estirar la temporada, esquivó lo políticamente correcto y se animó a exteriorizar públicamente que muere por besarse con Grosman y principalmente hundirse en la pasión entre sábanas.
Sin eufemismos, Regidor contó que ya recrea en su mente el instante preciso de sumergirse en una noche de conexión con Nicolás, ya que desea con todas sus fuerzas vivenciar esa experiencia en un entorno disímil, sin cámaras que graban todos los movimientos y la visualización de millones de personas.