Un día como hoy, 25 de marzo, pero de 1977 fue asesinado por la dictadura militar el periodista Rodolfo Walsh tras difundir su reconocida «Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar», incluso cuando esta no fue publicada por ningún medio de la época.
Walsh nació el 9 de enero de 1927 en Lamarque, cerca de Choele Choel, provincia de Río Negro. Fue criado en el seno de una familia conservadora y luego dejó la provincia patagónica a los 13 años, edad en la que voló a Buenos Aires para cumplir con el colegio secundario, en una congregación de curas irlandeses.
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Primero como traductor y después como redactor, el joven comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo periodístico y editorial, incluyendo en esta época la publicación de su primer libro, Variaciones en rojo. Sin embargo, hasta allí, no había escuchado esas cinco palabras determinantes.
Por ese entonces, y hasta el resto de su vida, Walsh era un aficionado del ajedrez. Su pasión lo llevó por distintos bares platenses para despuntar el vicio. En una de esas tardes cualquiera, frente al tablero y un vaso de cerveza, una persona se acercó y le dijo que había un «fusilado que vive».
«Ahora, durante casi un año no pensaré en otra cosa, abandonaré mi casa y mi trabajo, me llamaré Francisco Freyre, tendré una cédula falsa con ese nombre, un amigo me prestará una casa en el Tigre, durante 2 meses viviré en un helado rancho de Merlo, llevaré conmigo un revólver y a cada momento las figuras del drama volverán obsesivamente«, explicó sobre su cambio tras escuchar dicha frase.
Pocos meses después, escribió la obra periodística más importante de Argentina, Operación Masacre, considerada la primera novela de no ficción. Como periodista militante, utilizó todas las técnicas del periodismo de investigación, siendo hoy un referente del periodismo argentino.
El cambio de perspectiva a raíz de la investigación de los fusilados en José León Suárez también se vio en el compromiso político de Walsh: de «antiperonista» confeso, el periodista no pudo entender ni soportar la injusticia.
Luego partió hacia Cuba para fundar Prensa Latina, no sin antes publicar el Caso Satanowsky. En tierras caribeñas, tal como explicó Felipe Pigna, el periodista decidió no ser nunca más «un simple observador del mundo»: quería formar parte activamente de él.
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Y por solo citar un ejemplo, como jefe de Servicios Especiales en el Departamento de Informaciones de Prensa Latina, usó sus conocimientos de criptógrafo aficionado para descubrir, a través de unos cables comerciales, la invasión a Bahía de Cochinos, en tierra cubana, instrumentada por la CIA.
En 1967, Walsh conoció a su compañera, la periodista Lilia Ferreyra en el Café La Paz, de la calle Corrientes.
Ya en 1973, comenzó a militar en la organización Montoneros con el grado de Oficial 2 segundo y el alias de Esteban. También creó un sector del Departamento de informaciones de Montoneros y junto a su amigo, el poeta Francisco Paco Urondo, participó como fundador y redactor de Noticias.
Su historia no termina allí. Bajo el golpe de Estado encabezado por Jorge Videla, también creó la Agencia Clandestina de Noticias, ANCLA.
El 24 de marzo de 1977, al cumplirse un año de la dictadura, envió su famosa Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar a las redacciones de los diarios. Nadie la publicó.
Tan sólo un día después, el 25 de marzo, entre las 13.30 y las 16.00, Walsh fue secuestrado por un grupo de Tareas de la ESMA -comandado por el oficial de Inteligencia García Velasco- en la esquina de San Juan y Entre Ríos.
Desde aquel día, su cuerpo está desaparecido. Los militares asesinaron al hombre que decidió, para siempre, ser «fiel al compromiso de dar testimonios en tiempos difíciles».
Fuente: Radio Perfil FM 101.9 – Guion de Cecilia Claps y locución de Pita Fortín.
Nota original: El 25 de marzo de 1977 fue asesinado el periodista Rodolfo Walsh
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