MAR DEL PLATA.- Desde las dietas de moda hasta si hay que eliminar la lactosa o la carne de la mesa en casa. Un grupo de pediatras y nutricionistas sorprendieron a sus propios colegas durante el 42° Congreso Argentino de Pediatría, en esta ciudad, al hablar sobre las consultas más comunes que llegan al consultorio, mientras la alimentación de los chicos sigue siendo monótona y de baja calidad.
“Hay una malnutrición que no se ve: chicos que tienen un peso normal o exceso de peso, pero carecen de nutrientes esenciales”, abrió Mabel Carosella, pediatra y directora médica del Grupo Pediátrico Belgrano R. Integra Profesionales Expertos para la Nutrición Infantil (Profeni), un grupo de especialistas que desde hace un año empezó a trabajar activamente en la promoción de los buenos hábitos alimentarios, cuando el sobrepeso y la obesidad alcanza a un 41% de chicos en edad escolar, según indicaron.
Sergio Britos, nutricionista y docente investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Católica Argentina (UCA), amplió que esa “realidad alimentaria” de la población se caracteriza por “la escasa variedad de alimentos en grupos clave como verduras, frutas, legumbres; los excesos característicos de cereales muy refinados, carnes rojas y alimentos ocasionales y déficits en nutrientes esenciales como calcio y vitamina D”, de acuerdo con un estudio en el que relevó la frecuencia con la que consumían 69 productos de consumo habitual en las familias.
Destacó, junto al resto del grupo, la relevancia que tiene cada vez más la educación alimentaria. De hecho, dos talleres –uno por la mañana y otro por la tarde– a cargo de Alberto Arribas, nutricionista y presidente de la Asociación Civil Supersaludable, atrajeron la atención de más de un centenar de pediatras en el congreso anual de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
En los 60 minutos que duraron, preparó más de una decena de recetas en las que reemplazó alimentos, como legumbres por carnes, pero sin que perdieran palatabilidad para los chicos. También con mensajes como la importancia del lavado de manos, más de 60.000 chicos en escuelas del país vieron en acción a Giorgio, un cocinero que les dio ideas a los médicos para hablar con los padres sobre cómo hacer esos reemplazos culinarios más atractivos, con mejor calidad nutricional.
“Detectar la malnutrición en la consulta requiere una combinación de antropometría, análisis de laboratorio, examen físico e interrogatorio alimentario para evaluar la diversidad, la frecuencia y la calidad de la dieta de un chico”, agregó Carosella.
Eso, según planteó al auditorio, va más allá de controlar la altura, el peso y estimar la curva de crecimiento, ya que mencionó que en un control más exhaustivo como el que definió se detectan deficiencias que suelen pasarse por alto. En un 50%, según dijo, hay malnutrición. De ahí que recomendó indagar con los padres si existe alguna exclusión de alimentos.
De ahí que señaló que, a partir de los seis meses y de acuerdo con las guías y los consensos sobre alimentación infantil, la comida que se empieza a introducir debe tender a ser “perceptiva, que el chico toque la comida, se enchastre; personalizada y diversa, por grupos de alimentos”, aconsejó. “Al año, hay que haber incorporado todos los alimentos”, puso como meta a seguir con los padres.
Como pediatra gastroenterólogo, Omar Tabacco se refirió a una de las consultas que se terminó instalando en los consultorios, en parte por dietas o restricciones de moda. ¿Conviene evitar la lactosa? “No hay que sacarla en el primer año, salvo casos que son muy excepcionales”, dijo. “Es un nutriente funcional”, aclaró el jefe del Servicio de Gastroenterología del Sanatorio de Niños de Rosario y expresidente de la SAP.
“Es muy poco probable que haga mal –continuó–. La intolerancia a la lactosa, cuando aparece, se ve en la segunda infancia y, siempre, es relativa.” Enfatizó en sostener la lactancia materna y repasó que no debe administrarse leche fluida de vaca a menores de un año.
A propósito de las dietas que pueden adoptar, con más o menos restricciones, en las familias, la nutricionista Sandra Blasi, jefa del Área de Alimentación del Hospital Garrahan, se refirió a las consultas para incorporar desde la infancia opciones veganas, vegetarianas y ovolactovegetarianas, eliminar el gluten o los lácteos, entre otros ejemplos que presentó. “¿Es adecuado hacerlo?”, le preguntaron.
Lo primero que resaltó es la importancia de que los padres consulten con el pediatra y, en todo caso, avanzar con un nutricionista. Dijo que es posible optar por una dieta vegetariana o vegana, pero “siempre que esté planificada y supervisada por especialistas”, enfatizó la directora de la Carrera de Especialización en Nutrición Pediátrica de la UBA. Apuntó, también, al principal desafío que deben afrontar los profesionales en ese proceso. “Garantizar los requerimientos nutricionales para cada etapa de la vida y observar los nutrientes críticos, en especial el calcio y las vitaminas B12 y D”, enumeró.
Por eso, habló que, a diferencia de lo que puedan hacer los adultos, en los pequeños debe ser personalizada a cada caso y por profesionales entrenados, con indicaciones bien claras y las calorías que necesita cada chico. ¿Lo importante? Tienen que incluir “amplia variedad de alimentos vegetales”.
Citó legumbres, cereales y sus derivados, frutos secos y semillas, verduras y frutas, grasas vegetales (aceite de lino, chía, oliva); fuentes de calcio como lácteos o bebidas vegetales fortificadas, por ejemplo; alimentos que proporcionen hierro (soja, tofu, legumbres, frutos secos y semillas), sin olvidar las frutas y las verduras ricos en vitamina C (naranja, limón, kiwi, tomate, morrón verde) “para mejorar su absorción”.
Como Tabacco, reiteró la importancia de la lactancia materna en los primeros seis meses y hasta el año de vida. Si eso no es posible, mencionó que hay opciones, pero destacó la importancia de una “buena” entrevista alimentaria por los nutrientes en riesgo, como las vitaminas B12 y D, el calcio o el hierro, necesarios para esa etapa del desarrollo. Esa entrevista se traducirá en los alimentos a ofrecerles a los padres antes de optar por una dieta más restrictiva.
Hace dos semanas, en el XXIII Congreso Argentino de Nutrición, integrantes de Profeni participaron con un documento técnico sobre el sistema alimentario en el país.
“Es indispensable dirigir múltiples esfuerzos para iniciar un cambio progresivo pero sostenido del patrón alimentario poblacional que, a mediano y largo plazo, implique un aumento significativo en el consumo de verduras, legumbres y cereales integrales, frutas y frutos secos, yogur y leche. Acompañado de una disminución igualmente significativa del consumo de alimentos ocasionales y del exceso de panificados, harinas refinadas y feculentos en general y un cambio de hábitos que progresivamente favorezca un mayor equilibrio entre el alto consumo de carnes rojas y los bajos (consumos) de pescado, legumbres y cereales integrales”, señalaron.