El mapa de la industria láctea argentina atraviesa una transformación silenciosa pero profunda. Así lo muestra el nuevo informe publicado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que actualizó el ranking de empresas del sector para el período 2024/2025.
El relevamiento, que mide el volumen de procesamiento de leche, no solo confirma el avance de las grandes multinacionales, sino también marca el retroceso de dos históricas firmas nacionales que están a punto de salir del top ten e incluso ya ni figuran en el ranking: son los casos de Lácteos Verónica y SanCor, respectivamente.
Cuáles son las empresas que lideran la industria láctea en Argentina
En la cima del ranking aparece Saputo Argentina S.A., empresa de origen canadiense que se consolida como líder por tercer año consecutivo, con un procesamiento diario de 3,5 millones de litros de leche.
Saputo produce, comercializa y distribuye en Argentina y en el mercado internacional una gran variedad de quesos, manteca y crema, así como también ingredientes lácteos incluidos leche en polvo, caseína y proteína de suero; todo esto bajo las marcas La Paulina, Ricrem y Molfino.
La sigue Mastellone Hnos. S.A. (La Serenísima), con 3,3 millones de litros, y en tercer lugar se ubica Savencia Fromage & Dairy Argentina S.A., conocida por su marca Milkaut, que procesa 1,6 millones de litros por día.
Más atrás se encuentran Punta del Agua S.A. (1,3 millones), Adecoagro (930 mil litros) y Noal S.A., que cierra el top seis con 900 mil litros diarios. En conjunto, las cinco principales compañías concentran apenas el 36% del volumen total de leche industrializada en el país, una proporción baja si se la compara con otras naciones lecheras, donde las cinco líderes superan el 80% de participación.
Dos marcas históricas que se «caen» del ranking de las principales lácteas de Argentina
El ranking de empresas: SanCor ya no aparece y Verónica ocupa el décimo puesto
Pero lo que más llama la atención del nuevo relevamiento es lo que no está: la histórica cooperativa SanCor no figura entre las principales empresas. Desde la firma aclararon que decidieron no participar del informe debido a que están «en proceso de convocatoria de acreedores y reestructuración operativa», lo que afecta seriamente sus volúmenes de producción y «no permite establecer comparaciones válidas con otros períodos«.
Otra marca que pierde terreno es Verónica, la empresa santafesina que hoy conserva cerca del 2% del procesamiento nacional y se ubica en el puesto 10, pero cuya permanencia en el ranking corre serio riesgo. La firma atraviesa una profunda crisis financiera y días atrás presentó una propuesta de reestructuración ante la Secretaría de Trabajo de la Nación, en el marco de un procedimiento preventivo de crisis previsto por la ley 24.013.
Según detallaron durante una audiencia virtual con representantes del Gobierno, sindicatos y directivos, «la situación de la empresa está directamente relacionada con la caída de la producción láctea a nivel nacional, que fue del 7% en lo que va de 2024, el retroceso del consumo interno, que bajó un 9,7% durante el año pasado, y la presión de costos crecientes por el contexto inflacionario». A eso se suman «la baja competitividad de la cadena de valor y la concentración del mercado».
El informe de OCLA también destaca una tendencia que se profundiza desde comienzos de los años 2000: la pérdida de participación de las empresas locales frente a grupos multinacionales, aunque sin llegar aún a niveles extremos de concentración como en otros mercados del mundo. De hecho, el crecimiento más importante en este último año se dio entre las empresas pequeñas, mientras que las más grandes crecieron por debajo del promedio nacional.
Con este panorama, la industria láctea local parece entrar en una nueva etapa, donde los nombres tradicionales pierden terreno y emergen nuevos jugadores que buscan ganar espacio en un contexto desafiante.
La historia de la empresa que destronó a La Serenísima como líder de la industria láctea
Nacida como un emprendimiento familiar en Canadá, Saputo Inc. pasó de ser un pequeño taller quesero en Montreal a convertirse en una potencia global de la industria láctea. Fundada en 1954 por la familia Saputo -inmigrantes sicilianos que llegaron al país con apenas una bicicleta y u$s500-, la compañía hoy opera en cinco países, emplea a casi 20.000 personas y vende sus productos en más de 60 mercados internacionales. Sin embargo, su nombre sigue siendo poco conocido en Argentina, donde ya ostenta un liderazgo absoluto.
Con más de 67 plantas distribuidas en Canadá, Estados Unidos, Argentina, Reino Unido y Australia, Saputo maneja un portafolio de marcas reconocidas como Frigo Cheese Heads, Montchevre, Armstrong, Cathedral City y La Paulina, esta última con fuerte presencia local.
El desembarco en el mercado argentino se produjo en 2003, cuando compró Molfino Hermanos -en ese momento, el tercer mayor procesador de leche del país- por más de u$s50 millones. La empresa pertenecía al grupo Pérez Companc, y la operación también incluyó a La Paulina, una histórica marca nacional fundada en 1921 en Villa María, Córdoba, que desde entonces se transformó en el estandarte de Saputo en Argentina.
La empresa comercializa productos tanto en el mercado local como en más de 30 destinos internacionales. Es el principal exportador argentino de quesos, especialmente muzzarella, y también produce manteca, leche en polvo, crema, caseína y proteínas de suero.
Además, opera con un modelo de integración vertical que abarca toda la cadena: desde la recepción diaria de leche proveniente de más de 600 tambos hasta la distribución de productos terminados. Este esquema le permite adaptarse rápidamente a las condiciones del mercado y mantener estándares de calidad constantes.
Lo cierto es que, más allá del liderazgo de la empresa extranjera, una de las notas destacadas de este informe del sector lácteo es la caída de dos marcas emblemáticas argentinas: SanCor y Lácteos Verónica, que atraviesan un momento complejo y eso se refleja en su producción.