Marixa Balli sorprendió al aire de una entrevista radial al relatar una experiencia paranormal que vivió en Bariloche. Conocida por su lengua filosa, su carrera en la música tropical y su lugar como panelista en LAM, esta vez mostró una faceta completamente distinta: la de una mujer que, por curiosidad, terminó metiéndose con algo que no pudo controlar.
Todo comenzó cuando, en un viaje a Villa General Belgrano, quedó impactada por una casa decorada con duendes. Fascinada, comenzó su propia colección. “Compré uno, dos, tres… y ya estaba fascinada”, contó. Fue así como se enteró de un artesano en Bariloche que no solo fabricaba estas figuras, sino que afirmaba poder verlos.
Encendida por el entusiasmo, Marixa viajó con una amiga hasta el sur para conocer al famoso escultor. Al llegar, le pidió que le hiciera su propia colección personalizada. “Quiero como 40 duendes”, le dijo. Su objetivo era replicar aquella encantadora casa que la había enamorado en Córdoba.
Todo cambió cuando eligió una figura en particular. “Me gusta este duende”, dijo señalando uno. Pero el artesano fue tajante: “Ese no. Es el Gobelino. Es peligroso, él elige dónde vivir”. Ella, en su estilo, no hizo caso y se lo llevó igual.
La situación se tornó oscura apenas llegó a su casa. El Gobelino apareció con las patas rotas, a pesar de estar perfectamente embalado. “Fue un mal augurio”, recordó. Llamó al escultor, quien fue directo: “Despachalo ya, como esté. No lo tengas más con vos”.
Sin pensarlo mucho, Marixa actuó en consecuencia. “Lo dejé en la guardia para que lo retiraran y desarmé toda la casita de duendes que había hecho. A la m*erda todo”, relató entre risas. El humor con el que lo contó no logró borrar del todo la tensión de lo que vivió.
La historia generó un aluvión de comentarios en redes sociales. Algunos se lo tomaron con humor, pero otros aseguraron que en el mundo de los duendes no se juega con ciertas energías. Para Marixa, fue suficiente para alejarse de ese universo para siempre.
Pese a lo curioso del relato, Marixa se mostró firme con su decisión. Y dejó en claro que nunca más volverá a meterse con este tipo de objetos. “Me avisaron y no hice caso. Nunca más me meto con duendes”, cerró con su estilo inconfundible.