El pasado 15 de enero de 2025, un incendio forestal devastó la localidad de Epuyén, en la provincia de Chubut, consumiendo más de 3500 hectáreas de bosque nativo y afectando alrededor de 200 viviendas, y destruyendo totalmente a 76 viviendas. El incendio se propagó velozmente ya que en su camino se encontró con una plantación abandonada de pinos. La acción de los brigadistas y bomberos logró controlar el incendio tras 19 días de combate, pero las consecuencias persisten. A finales de junio, muchas familias damnificadas siguen viviendo en carpas, sin acceso a una vivienda digna.
Recordemos que las llamas siguieron la línea del monocultivo de pinos, un negocio fallido con una larga historia de acaparamiento de tierras y disputa entre empresarios, Estado y comunidades originarias. Sin resultados en la investigación de las causas, el gobernador Ignacio Torres y la ministra Patricia Bullrich, una vez más, desviaron las causas reales del incendio y cargaron contra el Pueblo Mapuche.
Lo que no se dice y señaló el periodista Matías Rodríguez es que tras los incendios forestales “aparecen las desacertadas políticas de promoción forestal de las agencias provinciales y nacionales, que se apoyan a su vez en modelos de negocio transnacionales. (…) El caso de los bonos de carbono, por ejemplo, que supone la recirculación de millones de dólares hacia el mercado financiero global vía supuestas acciones de remediación climática, a través de la forestación con monocultivos de rápido crecimiento, se enmarca en estos formatos”. Y agrega “Son estos modelos los que explican las plantaciones de pino ponderosa en Patagonia, cuya madera de baja calidad no es aprovechable en términos económicos y deriva en plantaciones abandonadas que se extienden en el paisaje como manchas uniformes de un verde monótono, distinto a los tonos discontinuos del bosque nativo. Los efectos de esas manchas de monocultivo forestal en los equilibrios ecológicos de la región han sido devastadores”.
Llegó el invierno, pero las promesas de los gobiernos quedaron lejos de las necesidades de las y los vecinos de Epuyén
Mientras las y los vecinos de Epuyén siguen tratando de reconstruir sus casas, vieron como el gobierno nacional de Javier Milei envía apoyo logístico y aéreo para combatir los incendios que ocurren en el estado genocida de Israel.
Vecinos y vecinas de Epuyén que lo perdieron todo en los incendios forestales ocurridos hace tres meses denuncian la falta de respuestas por parte del gobierno provincial y aseguran que aún hay personas viviendo en carpas, sin acceso a servicios básicos, mientras las bajas temperaturas llegaron a la cordillera del noroeste del Chubut.
A principios de junio, con el frío y la lluvia golpeando en la Comarca Andina, Eusebio, uno de los vecinos damnificados, relató su caso “La situación es dramática, dramática. La ayuda llegó parcialmente a algunos vecinos. Todavía nadie pudo reconstruir su casa.”
Los damnificados también cuestionan la falta de compromiso por parte del gobernador Ignacio Torres, quien visitó la localidad, se sacó fotos con algunos vecinos y se fue, dejando promesas que siguen sin cumplirse.
Hasta ahora, son pocos los vecinos que han podido avanzar significativamente en la reconstrucción de sus viviendas. La mayoría se encuentra en condiciones de suma precariedad para enfrentar el invierno que en esta zona se traduce en fuertes lluvias, nevadas intensas y temperaturas que descienden hasta los diez o 12 grados bajo cero por las noches de julio y agosto.
Falsas promesas y desvío de los fondos de asistencia a los afectados por los incendios
El Gobierno nacional ante los incendios transfirió 7 mil millones de pesos al gobierno provincial en la primera semana de febrero para atender la “emergencia ígnea”, pero en menos de 48 horas desvió esos fondos hacia otros destinos a través del decreto 80/25 que ocultó el dinero en nueve partidas cuyo uso quedó a discreción de altos funcionarios, según surge de los pedidos de informes formulados por la legisladora provincial peronista Norma Arbilla, y el legislador Santiago Vasconcelos, del FITU.
“Así fue que solo dos mil de los 7 mil millones pesos tuvieron como destino declarado a Epuyén, y cinco meses después de su llegada solo se ha utilizado alrededor del 60 por ciento” señala el periodista Alejandro Pairone. Y agrega que “El gobierno provincial había asignado 20 millones de pesos para reconstruir su vivienda sólo a quienes comprueben ser propietarios de la tierra, y nada más que para una casa por terreno, aunque se hayan quemado varias en un lote. Nada recibieron los inquilinos o quienes vivían en una ocupación precaria”.
A seis meses del incendio que arrasó con medio Epuyén no se cumplieron las promesas del gobernador Torres. Hay familias viviendo en carpas, sin servicios básicos como el agua, soportando la lluvia y sufriendo el frío.
A 6 meses de los incendios es urgente destinar todos los recursos necesarios para la reconstrucción urgente de las casas de Epuyén. Basta de falsas promesas, hay que imponer un plan de obras públicas para que se construyan las 76 viviendas arrasadas por el fuego. Que el gobierno nacional y provincial se hagan cargo del pago de los alquileres de las familias afectadas hasta que se reconstruyn las viviendas. A su vez, hay que garantizar mejores condiciones de vida para los vecinos afectados, porque plata hay, con una ayuda económica de emergencia por encima de la canasta familiar, además de alimentos, atención médica y todo lo que necesiten las familias afectadas. Todos estos recursos deben ser controlados por las comunidades de las zonas afectadas.
Es necesaria una planificación urbana racional y no guiada por el mercado, estableciendo planes de vivienda e infraestructura acorde a las necesidades de la población, y una relación respetuosa de la dinámica natural, en particular en la intersección con zonas urbanas. Por otra parte, se deben desarrollar campañas de prevención eficaces, con financiamiento y llegada a todas las instituciones educativas, medios de comunicación y redes sociales, para promover un turismo responsable con el ambiente, y diseñar estrategias de evacuación y actuación frente a desastres