La justicia le puso un freno el decreto anticonstitucional del gobierno, donde se busca cercenar el derecho huelga. Otro golpe recibido por la gestión libertaria, parecido al de la suspensión del DNU 70/23.
Este lunes, la Justicia Laboral le dio lugar al amparo presentado por la CGT y frenó la aplicación del Decreto de Necesidad y Urgencia 340/25, en donde el gobierno buscaba atacar al Derecho a Huelga.
La jueza Moira Fullana dio lugar a la medida cautelar, también presentada por la central obrera, y frenó el efecto de los artículos 2 y 3 del DNU, que hace unas semanas había publicado el gobierno. El planteo de la jueza representa otro revés judicial del gobierno, frente a un nuevo intento de los libertarios para aplicar esta tentativa de reforma en materia de legislación laboral.
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El fallo le da la razón al escrito presentado por la CGT, donde se indica que “la modificación del derecho a huelga, garantizado por el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, requiere un debate parlamentario”. Con lo resuelto por la jueza Fullana, el contenido del decreto queda suspendido hasta que se dicte una sentencia definitiva. Por lo tanto, la legislación vigente referida al derecho actual continúa de la misma manera. Esto quiere decir que las estrictas condiciones propuestas por el Gobierno a la hora de convocar esta medida de fuerza, o la nueva definición sobre servicios esenciales, quedan fuera de juego.
Por otra parte, Fullana también remarcó que el decreto no tiene capacidad para entrometerse en la función del Poder Legislativo, mientras este se encuentra funcionando normalmente. Sobre esto agregó que, “en nuestro ordenamiento constitucional, el Congreso Nacional es el único órgano titular de la función legislativa”, y también aclaró lo siguiente: “desde el 1 de marzo de 2025 el Congreso tiene abiertas las sesiones ordinarias, dicha circunstancia, resulta a mi modo de ver, elemento suficiente para tener por verosimilizado el derecho”.
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Lo dispuesto por la Justicia Laboral representa un golpe para la avanzada contra los trabajadores, realizada por el Gobierno en las últimas semanas. Pero esto es solo una instancia judicial, a la cual Milei, junto a su Gobierno, puede apelar y aplicar este elemento de la reforma laboral, con el peligro que esto representa para la clase trabajadora.
La confianza en la Justicia, un poder viciado por los intereses de turno, no es garantía de ninguna victoria o conquista, como lo cree la burocracia de la CGT. Por ejemplo, el DNU 70/23, en el que el Gobierno apeló el fallo: si la Corte Suprema le da el aval al contenido de ese decreto, se aplicaría la reforma laboral propuesta al principio de la gestión libertaria.
Si bien esta acción tiene un aspecto positivo, solo debería tomarse como una instancia para ganar tiempo en la organización encargada de enfrentar y frenar a Milei.
El mismo día en que se publicó el decreto, Héctor Daer, saliendo de una reunión con Guillermo Francos, ya fue claro sobre la posibilidad de que esta dirección baje a la calle y enfrente al oficialismo libertario. Fueron claras las palabras del exsecretario general del gremio de Sanidad cuando se refirió a que, para toda esta dirección burócrata, no existe el clima de paro.
Por parte del triunviro de la principal central obrera del país, no se puede esperar nada progresivo para la lucha de los trabajadores. Y por el lado de las CTAs, a pesar de mostrarse apenas un poco más que la CGT, en su estrategia no conciben la posibilidad de enfrentar al Gobierno libertario para sacarlo antes de tiempo.
En estos últimos días, la lucha de los trabajadores del Hospital Garrahan, las acciones en defensa del INT, la movilización contra el ajuste a discapacidad, la lucha de los choferes, la pueblada de Tierra del Fuego o las movilizaciones en Catamarca, por nombrar algunos ejemplos, demuestran que crecen los sectores dispuestos a luchar contra Milei.
Ante el nivel de ajuste aplicado por el Gobierno, y con estos procesos en desarrollo, hay que reclamar que las centrales dejen de mirar para otro lado y convoquen a un paro general y el un plan de lucha y todas las medidas necesarias para terminar con Milei, Caputo, Bullrich y su equipo ultraderechista. Mientras tanto, hay que seguir discutiendo con todo el activismo y la militancia la necesidad de poner en pie una nueva dirección democrática y combativa para las y los trabajadores.