El presente de Alejandro Garnacho está lejos de ser el esperado por los especialistas en el fútbol y por él mismo: quedó afuera de la última convocatoria de Lionel Scaloni para la pasada fecha FIFA de las Eliminatorias al Mundial 2026 y, además, no parece ser la prioridad en un Manchester United que no transita su mejor momento (a pesar de haber hecho un golazo este finde contra el Newcastle).
Tal es así que el entrenador portugués de los Diablos Rojos, Rubén Amorim, ha prescindido de su protagonismo ya desde hace un tiempo, y si bien le da su lugar en el equipo que actualmente marcha 13° en la Premier League y que deberá cerrar los octavos de final de la Europa League frente al Lyon, no lo considera indispensable y podría dejarlo ir.
El futuro del hispano argentino en el United está siendo objeto de rumores en este mercado de fichajes, luego de que el Napoli presentara una oferta de 80 millones de euros por el joven delantero argentino, oferta que finalmente fue rechazada en el pasado mercado de pases.
El club italiano, que busca reforzar su ataque de cara a la próxima temporada, ha puesto su mirada en Garnacho como uno de los objetivos principales, especialmente ante la posible salida de su estrella Victor Osimhen este verano.
El jugador de la Selección Argentina, de solo 20 años, ha demostrado un gran potencial en los diablos rojos, destacándose por su velocidad, habilidad para desbordar y su capacidad para marcar goles decisivos, siendo considerando como una las grandes promesas a nivel mundial.
Sin embargo, en el último tiempo su presente se ha visto un poco tambaleante, sobre todo teniendo en cuenta que el nivel de su equipo no es el mejor y él tampoco logra consolidarse como una de las máximas figuras en esta actual temporada, aunque aún le queda por mucho por crecer y demostrar.
Hace unas semanas, el entrenador portugués confirmó que Alejandro Garnacho deberá pagarle una cena a todo el plantel como castigo por su decisión de irse al vestuario cuando fue reemplazado en la victoria de los Red Devils sobre Ipswich Town.
Amorim reveló que fue el mismo Garnacho quien realizó una reunión con él, para después aceptar el castigo informal en donde debía pagarle la cena a sus compañeros del equipo: “Fue gracioso porque al día siguiente vino a mi oficina. Hice algunas averiguaciones, fue al vestuario a cambiarse de ropa porque estaba mojado. Vio el partido, no en el banquillo, y al final del partido estuvo allí y se fue a casa”.
El técnico aseguró que no fue un gran problema, pero para un club de nombre como lo son los Red Devils la imagen es primordial: “Así que no es un problema. Pero en un club grande como el Manchester United todo es importante y la percepción es importante. Va a pagar una cena para todo el equipo y eso es todo”.