Axel Kicillof juntó a los 45 intendentes que tiene y que cree que va a tener hasta el final. Y sumó tres más, que no se meten en la pelea interna, pero que su presencia y apoyo al desdoblamiento electoral dejan claro de qué lado están. El gobernador bonaerense reunió a los jefes distritales que lo acompañan en la aventura política que hoy lo encuentra enfrentado a Cristina Kirchner.
Del otro lado contestaron el mismo día: el sector legislativo que responde a la titular del PJ nacional presentó horas después una nota solicitando sesión especial para el próximo martes para tratar el proyecto que suspende las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias y establece que las elecciones en territorio bonaerense se realicen en la misma fecha que las nacionales. Es decir: avanzar contra la medida de dividir la elección que anunció el jefe provincial.
El gobernador juntó a los propios en la residencia de La Plata. Tuvo asistencia perfecta si uno mira la lista de firmantes de la creación de Movimiento Derecho al Futuro, el espacio con el que Kicillof anunció que está dispuesto a dar pelea. A ellos se les sumaron tres jefes comunales más: Arturo Rojas (Necochea), Guillermo Britos (Chivilcoy) y Gilberto Alegre (General Villegas). Una muestra de que en el interior bonaerense la figura de Kicillof es más digerible que la de la dos veces presidenta.
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Durante el encuentro, el jefe provincial insistió sobre cuatro ejes: trabajar por la unidad del peronismo, que se apruebe la suspensión de las PASO, apuntalar la gestión provincial y seguir oponiéndose a las políticas de Javier Milei, “que es el único enemigo”, envió Kicillof como mensaje a la interna.
En las horas previas el intendente de Ensenada, Mario Secco, alentó la posibilidad de competir contra Cristina Kirchner, quien anunció a los propios semanas atrás que competiría como diputada provincial por la tercera sección electoral. Sin embargo, sus pares aseguran que no es algo que esté en evaluación y que en el encuentro de ayer ni siquiera llegó a ser tema de debate.
Mientras esta reunión se llevaba a cabo, Cristina Kirchner daba la orden de avanzar contra los decretos del gobernador con los que desdobló las elecciones provinciales de las nacionales y le puso fecha. Tal como adelantó este diario la semana pasada, estos movimientos son vistos por el gobierno bonaerense como “un golpe institucional”. Para avanzar, el kirchnerismo no solo necesita del Frente Renovador de Sergio Massa, sino también de bloques opositores.
Si esto sucede, el jefe provincial puede responder con un veto parcial al proyecto: deja el artículo por el que se suspenden las internas, pero tacha el que habla de elecciones concurrentes, es decir, el mismo día que los comicios de diputados nacionales.
Quienes se juntaron ayer con el gobernador lo vieron decidido a mostrar liderazgo y dar la pelea que recién comienza.