A bordo de su moto, Nahuel Muñoz encontró en Nuria, una de sus tres perros, una compañera de ruta y aventuras. El pelaje del animal flamea al compás del viento, mientras conductores de otros vehículos le tocan bocina y hasta sacan su celular para filmarlos. El vehículo está ideado para el confort del can, quien puede ir parada, sentada y hasta acostada en una especie de sillón reversionado que el propio dueño mandó a construir por un herrero.
En su cuenta de Instagram, llamada @perroderuta, el adiestrador recibe un sinfín de comentarios positivos que lo motivan a contar su historia. Pero no solo le llega el cariño, sino también la compañía de otros autos, que van a la par de ellos cautivados por el disfrute del animal, el cual se lleva todas las miradas y los flashes de la cámara.
En diálogo con LA NACION, Nahuel contó cómo comenzó esta particular historia que reforzó su amor por los animales y la inclusión de los mismos en diferentes planes, sin ningún tipo de correa o bozal que les limite su esencia. “Esto surgió porque no tenía gente con quien salir a andar en moto. Estaba solo. Y hoy puedo decir que disfruto un montón viajar con mis perros”, explicó acerca de esta faceta que incluyó también la divulgación de material por medio de las redes sociales, donde todos quedan embelesados al ver el comportamiento del animal.
“Hace tres años que viajo con mis perros en moto. Lo primero que hice fue diseñar un soporte, que va adaptado a la parte trasera de la moto y los perros quedan súper asegurados. También le agregué protecciones adicionales para que ellos, en un posible accidente, jamás toquen el piso y no les pase nada, priorizo mucho su salud”, remarcó el adiestrador, quien es dueño de una caniche llamada Nuria y de dos pastores australianos bautizados como Miley y Bossa.
Desde su punto de vista como adiestrador, Muñoz detalló cómo se dio el proceso de entrenamiento para que la mascota pueda adaptarse a diferentes vicisitudes de la vida y esté apta para distintos tipos de viajes, como uno que realizó a La Quiaca, en la provincia de Jujuy, a 1800 kilómetros de Buenos Aires.
“Trabajo la conducta y el comportamiento animal hace 12 años. Siempre se arranca desde chico, de cachorro, donde primero se le enseña a correr, a nadar y a realizar actividades en el agua como el kayak, paddle surf. Después se le enseña a subir a la moto, los movimientos que debe hacer cuando está manejando y al principio empezamos a hacer dos cuadras, después un par de kilómetros hasta que salimos a la ruta”, detalló el hombre que protege a los perros con antiparras y tapones para los oídos con el fin de protegerlos del viento.
Nuria, su caniche de seis años, es la estrella de sus publicaciones en Instagram. “Siempre está predispuesta para el show”, indicó, entre risas, acerca de la personalidad del animal. “Los perros disfrutan todas las salidas. Nos ha pasado de vivir días de mucho viento, lluvia. Uno los conoce y sabe cuándo hacer una parada para descansar”, subrayó el hombre, conocedor de cada gesto y comportamiento de sus mascotas, quienes se volvieron una parte más que importante de su vida al acompañarlo a cada lugar donde él se dirige.
Entre bocinazos y flashes de cámaras, Nahuel circula por las calles de Buenos Aires. Cada foto o video donde se menciona a su cuenta @perroderuta es guardado y reposteado en su perfil en una muestra de orgullo por lo conseguido.
“Me encanta compartir tiempo con mis perros y que ellos amolden sus comportamientos, eso genera menos estrés para el animal en ciertas situaciones y que se sepa defender cuando la pasa mal”, indicó sobre sus compañeros de ruta, quienes, de la noche a la mañana, se convirtieron en un boom viral en las plataformas digitales.