Luego de una jornada marcada por el encuentro con dirigentes del radicalismo, el presidente Javier Milei reunió en la noche del jueves a su gabinete durante una cena en la Quinta de Olivos. Fuentes del Gobierno señalaron a LA NACION que se trató de un evento que se terminó de gestar entre la noche del miércoles y la mañana del jueves, y que no implicaba el abordaje de cuestiones de “urgencia” sino que uno de los objetivos del mandatario era repasar la agenda de gestión con miras a 2025.
De acuerdo a la información provista, los titulares de los ocho ministerios fueron convocados a Olivos para las 20.30 sin mayores detalles acerca de los temas a abordar durante la velada. “Es más una cena que una reunión de gabinete”, aclaró un funcionario del Gobierno a LA NACION sobre la cita de anoche. Además, participaron del encuentro la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, el jefe de ministros, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
La invitación a Olivos se produjo de forma sigilosa y casi en paralelo del encuentro que mantuvo Milei con los diputados radicales que apoyaron los vetos presidenciales contra la ley jubilatoria y el presupuesto universitario, Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat, Pablo Cervi y Federico Tournier, al que se sumó el jefe de la bancada en la Cámara baja, Rodrigo de Loredo, junto a otros legisladores del bloque.
En efecto, fue en la cita previa de esta mañana que los radicales expulsados por el tribunal de ética de la UCR tuvieron con la ministra Patricia Bullrich, en la que se lo escuchó a Menem consultarle a la funcionaria “si sabía algo” sobre la invitación a Olivos. De acuerdo al relato de uno de los presentes, la titular de la cartera de Seguridad le aclaró al titular en Diputados que estaba al tanto de la cena, pero que aún faltaba la confirmación.
Pasadas las 23.30 el vocero presidencial, Manuel Adorni, compartió una imagen del encuentro en Olivos. “Gran momento, gran año, gran futuro”, posteó el funcionario junto a una foto en la que puede verse al Presidente acompañado por su asesor todoterreno Santiago Caputo; el jefe de ministros, Guillermo Francos; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el titular de Defensa, Luis Petri; el ministro de Justicia, Santiago Cúneo Libarona; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger; el canciller Sergio Werthein, la Secretaria General de Presidencia, Karina Milei; el jefe de asesores económicos, Damián Reidel; y el ministro de Salud, Mario Russo.
Como era de esperar, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, fue nuevamente relegada del encuentro y a diferencia de Martín Menem, no fue convocada. “¿Por qué la habrían invitado?”, se preguntó un estrecho colaborador de la titular del Senado, sin ningún tipo de interés ya en disimular la falta del diálogo con la Casa Rosada. Es que el jefe del Ejecutivo y quien supo ser su compañera de fórmula atraviesan uno de los peores momentos de su relación.
En las últimas semanas, el mandatario admitió en una entrevista que prácticamente no mantiene diálogo con su vice, e incluso llegó a decir que su número dos se encuentra “cerca” de la “casta”. Pero el enfrentamiento escaló aún más cuando el Presidente acusó a Villarruel de haber avanzado con la sesión en la que se aprobó la expulsión del exsenador Kueider, a pesar de saber que estaba en vuelo a Italia y, por lo tanto, debía reemplazarlo al frente del Poder Ejecutivo, en vez de presidir el Senado.
Tampoco ayudaron las recientes críticas de Villarruel a Bullrich por la actuación del Ministerio de Seguridad en el conflicto desatado con el régimen de Nicolás Maduro por la detención en Venezuela del gendarme argentino, Nahuel Gallo.
El cónclave político, que se desarrolló prácticamente en secreto, se llevó adelante en medio de una jornada de negociaciones con los 13 legisladores del bloque de la UCR recibidos ayer al mediodía por Milei en la Casa Rosada, en un gesto de proximidad no solo con los diputados “con peluca”, que votaron a favor del Gobierno en el Congreso, sino también dirigido a las huestes de De Loredo, de cara a las elecciones legislativas de 2025.
La movida del oficialismo fue bien recibida por el radicalismo. Mientras que dos de los diputados “con peluca” se refirieron a la posibilidad de una “alianza de listas” con La Libertad Avanza (LLA), De Loredo sostuvo que desde el partido “no está zanjada la discusión” sobre el armado electoral de 2025, si bien admitió que “explora las alternativas”.
Este acercamiento se produce en momentos en que la relación con el Pro exhibe sus fisuras luego que Milei y Mauricio Macri expusieran condiciones para formalizar un eventual acuerdo electoral, y a horas de que el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, oficialice su intención de desdoblar las elecciones del próximo año en la Ciudad, en pos de defender al principal bastión del Pro.
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