Hacia el final de la segunda jornada del juicio contra Martín Del Rio, acusado de matar a sus padres en el doble parricidio de Vicente López en 2022, un testimonio clave que no estaba pautado para este martes llegó al Tribunal N°7 de San Isidro y expuso ante el jurado popular. Fue Diego Del Rio, el hermano del imputado, quien dio una declaración larga y concisa en la que ratificó que, para él, el imputado es el asesino. “Yo lo quiero preso, nada más”, aseveró, aunque remarcó que no le guarda bronca.
Su postura la explicó de pie frente a los 12 integrantes del jurado popular que deberán emitir su veredicto del caso al final del proceso. Con una voz calma y sin titubear, el hijo mayor del matrimonio asesinado, les dijo que las pruebas que vio eran contundentes.
Particularmente, se refirió las de las imágenes de las cámaras de seguridad, en las que, según la acusación, se vería al acusado caminando el día de los crímenes hacia la casa de Melo 1101, donde ocurrió el homicidio de José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso.
“Veo al caminante y es él. No tengo ninguna duda. Vi ese video muchas veces, 50 o 60. Es mi hermano. Esa persona es mi hermano, la conozco hace 50 años. Él camina así, un poquito torcido”, aseguró sin mirar al imputado ni una sola vez durante toda su exposición.
A diferencia de otros testigos, el mayor de los hijos del matrimonio asesinado no pidió que el acusado saliera de la sala y escuchó sus dichos sentado, a pocos metros de él. Convocado por sus abogados Félix Linfante y Marcelo D’Angelo, también agregó que el principal hobby de su hermano era caminar y que estaba acostumbrado a hacer distancias largas, por lo cual no descree de que haya hecho tantas cuadras -ida y vuelta- para cometer el doble parricidio.
“Lo vi mil veces caminar, es él de acá a la china”, insistió, quien aún le manda comida a su hermano todos los martes al penal a través de un remisero.
Diego Del Rio se lleva solo 11 meses y 20 días con su hermano, quien tiene un apodo particular desde su niñez. “Le dicen ‘pato criollo’ desde chico. Era porque un paso, una cagada. Pero nunca supe por qué”, contó. Haciendo una referencia al hecho por el cual declaró este miércoles en el juicio, reconoció sobre ese alias: “Le hizo honor”.
El testigo, que pidió participar del resto de las audiencias del juicio, también se defendió de las acusaciones que en un primer momento hicieron los abogados de su hermano en su contra. Negó rotundamente haber sido él el asesino y dio detalles del vínculo que mantenía con las víctimas, sus padres, hasta antes del homicidio.
“Claro que yo no maté a mis padres. Yo tenía una relación amorosa con mis padres, no tenía ninguna razón. A mí me cambió la vida de un día para el otro. De ninguna manera yo maté a mis padres. Es una canallada que me apunten, pero lo otro es mucho peor”, declaró.
El mayor de los Del Río se encargó de dejar en claro que él no odia a su hermano. Ante la firme atención del jurado sobre él, señaló: “Siento una tristeza enorme para con él. Además de mis padres, yo perdí a toda la familia con la que crecí. Yo perdí a mis padres y 10 días después a mi hermano. Pero nunca pude sentir bronca, me da tristeza”, dijo.
No obstante, sí mencionó una situación que, de tal solo imaginarla, le genera una mezcla de emociones que lo enojan. “Lo que sí me da bronca es que uno de los dos (por su mamá y su papá) supo que su hijo estaba matando a su marido o mujer. Y seguro fue mi mamá. Y ese momento debe haber sido…”, se lamentó sin terminar la oración por no poder contener la angustia.
Y agregó: “Estoy seguro de que ellos sabían que era Martín el que estaba detrás de ellos (en el auto donde fueron hallados los cadáveres). Deben haber pensado: ‘Nuestro hijo nos está matando’ y ese momento es indescriptible para mí”.
Del Rio, el acusado, no se mostró conmovido durante ningún momento de su testimonio.
Acerca del motivo del crimen, Diego está seguro de que su hermano mató a sus padres porque ya no podía seguir con la “gran mentira” que llevaba tiempo sosteniendo acerca de la economía familiar. El acusado era quien se encargaba de administrar los bienes de la familia y en el último tiempo había generado deudas impagables que sus padres desconocían.
“Para mí, armó una bolsa de mentiras tan grande que llegó un momento que no la pudo manejar más. Llegó un momento en el que llevaba tal cúmulo de mentiras que, o lo enfrentaba, o tomaba la decisión. El nivel de mentira que les hizo durante todo ese tiempo era llamativo. Ya no podía sostener más una careta que tenía hace mucho tiempo”, señaló el hermano del imputado.
Y agregó: ”Tenía que tomar una decisión, tenía que hacer una limpieza que no podía hacerla. Pero es entendible lo que hizo. (Si decía la verdad) Mi padre hubiera tenido una charla dura con él, probablemente tomar la administración de la plata, pero nunca lo iban a dejar solo. Se iban a enojar con él, sí, pero nada más”.
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