Según un estudio de Harvard, hay una manera de que la heladera tenga un mejor funcionamiento y con eso se ahorra
Debido al notable aumento en las facturas de electricidad durante los últimos meses, muchos buscan maneras de reducir su consumo de energía. Una de las estrategias más efectivas es disminuir el uso de kilowatts en los electrodomésticos. Allí es donde aparece el corcho y un truco muy eficaz.
Aunque es común que las personas desechen los corchos después de consumir una botella de vino, algunos los guardan o utilizan como elementos decorativos.
En este caso, el truco que se volvió «popular» consiste en colocar un corcho de vino dentro de la heladera, con el objetivo de lograr un ahorro energético.
La recomendacion llegó después de un estudio de Harvard.
Un corcho en la heladera: ¿para qué sirve?
Si la heladera no está completamente llena y se colocan corchos en su interior, la cantidad de aire que el electrodoméstico debe enfriar se reduce. Esto disminuye el consumo de energía porque el motor no necesita trabajar tanto para mantener la temperatura.
Según un artículo de Harvard, el corcho actúa como regulador del flujo de aire dentro del refrigerador, ayudando a dirigir el aire frío hacia las áreas que necesitan más enfriamiento. Esto se debe a que el corcho es un material ligero y poroso, ideal para esta función.
Colocando un corcho en una de las estanterías, el aire frío se distribuye de manera más uniforme, permitiendo que el aparato trabaje menos y reduzca su consumo de energía para mantener una temperatura constante.
Además, el uso de corchos puede ofrecer beneficios adicionales. Por ejemplo, ayuda a reducir la acumulación de escarcha. El hielo acumulado en el interior de la heladera puede hacer que el aparato tenga que esforzarse más para mantener la temperatura, aumentando el consumo de energía.
Al favorecer una distribución uniforme del aire, el corcho ayuda a minimizar la formación de escarcha y evita que el electrodoméstico requiera más energía.