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LA NACION
PARÍS.- El presidente Emmanuel Macron nombró este jueves al exnegociador europeo del Brexit y veterano político de derecha, Michel Barnier, como nuevo primer ministro en Francia, cuya primera misión será lograr una mayoría en un dividido Parlamento que evite su rápida censura.
Tras una reunión entre ambos en el Palacio del Elíseo en París, la presidencia francesa anunció en un comunicado que Macron le encargó a Barnier la “formación de un gobierno de unidad”, al término de semanas de consultas “sin precedentes”.
“El presidente se aseguró de que el primer ministro y el gobierno venidero reunieran las condiciones para ser lo más estables posible” y de abarcar el mayor número de apoyos posible en el Parlamento, precisó el comunicado.
Macron abrió una crisis política en Francia con el adelanto en junio de las elecciones legislativas previstas en 2027, que dejaron una Asamblea Nacional (cámara baja) con tres principales bloques, todos lejos de la mayoría absoluta. Desde entonces, el presidente entró en empantanadas negociaciones para designar a un primer ministro, lo cual le valió crecientes críticas por la extendida situación en punto muerto después de que ningún partido o coalición se acercara a la mayoría absoluta de 289 escaños.
Nunca en los 66 años de historia de Francia el país había estado tanto tiempo —más de 50 días— sin un gobierno activo. La parálisis política comenzó el 16 de julio con la renuncia de Gabriel Attal, el ex primer ministro, que había permanecido en el cargo en calidad de interino.
Pese a que la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) quedó primero con 193 diputados, el presidente de centroderecha rechazó nombrar a su candidata a primera ministra, la economista Lucie Castets, en nombre de la “estabilidad”.
Barnier, de 73 años, es miembro de Los Republicanos (LP), el principal partido conservador de Francia, por lo que su nombramiento seguramente enfurezca al NFP.
Barnier dirigió las conversaciones de la UE con Reino Unido sobre su salida del bloque entre 2016 y 2021. Antes de eso, el político conservador ocupó cargos en varios gobiernos franceses y también fue comisario de la UE.
“Es un hombre de Estado. Un hombre de consenso y de negociación como ya demostró durante las negociaciones del Brexit, algo que se anuncia indispensable para el período actual”, afirmó a AFP el diputado derechista Vincent Jeanbrun.
Barnier es un europeísta convencido y un político de carrera moderado. Considerado inicialmente como representante del ala social de Los Republicanos (LR), endureció considerablemente su discurso durante su fallida candidatura en 2021 para conseguir la nominación de su partido conservador a las elecciones presidenciales, diciendo que la inmigración estaba fuera de control, algo con lo que la Reunión Nacional (RN) está de acuerdo.
El nuevo primer ministro, apodado ya por la extrema derecha como el “Joe Biden francés”, debe convencer al resto de formaciones de una Francia sumida en una profunda crisis política sobre la conveniencia de su nombramiento.
Por un lado podría contar con el apoyo de su partido (LR) y de la alianza de centroderecha de Macron, pero esto no sería suficiente ante una eventual moción de censura, si tanto el partido ultraderechista RN y sus aliados como la coalición de izquierdas votan a favor. Estos sumarían 335 votos, muy por encima de los 289 necesarios.
Su rápida caída supondría un revés para Macron que justificó en la “estabilidad institucional” las largas consultas para formar gobierno, casi dos meses después del bloqueo político surgido de las elecciones legislativas.
“Problema de fondo”
Tras casi tres semanas de consultas, Macron escogió a Barnier, en lugar del exprimer ministro socialista Bernard Cazeneuve y del presidente regional de derecha Xavier Bertrand, después que LR se mostrara más flexible a un nombramiento de alguien de su partido.
La tradicional formación de derecha había rechazado desde las legislativas cualquier coalición con una desgastada alianza oficialista para evitar quedar marcados de cara a la elección presidencial de 2027, a la que no podrá presentarse Macron.
Ahora queda conocer cuál será su programa de gobierno. Tras su fugaz regreso a la política francesa en 2021, para participar sin éxito en las primarias de LR para la presidencial de 2022, abogó especialmente por una “moratoria” sobre la inmigración.
El partido ultraderechista de Marine Le Pen aseguró que esperará su discurso de política general antes de decidir sobre su eventual censura y que no lo censurará de inmediato si cumple ciertas condiciones. Las condiciones avanzadas por el RN son una reforma del sistema electoral y nuevas legislativas en 2025.
“Sabemos al final quién decide. Se llama Marine Le Pen”, criticó en el medio Franceinfo la jefa de los ecologistas Marine Tondelier, denunciando que Macron impuso a su alianza bloquear cualquier opción procedente del NFP.
En Francia, el primer ministro es nombrado por el presidente y no necesita ser confirmado en el Parlamento. Pero el tiempo apremiaba para Macron ya que el futuro gobierno debe presentar para el 1 de octubre sus presupuestos para 2025 en un contexto de aumento del déficit.
El nuevo primer ministro deberá confirmar si sigue la recomendación del ministro de Economía en funciones, Bruno Le Maire, de realizar recortes por 16.000 millones de euros (17.650 millones de dólares).
El deseo de Macron de mantener su reforma de las pensiones que impuso por decreto en 2023 y que el NFP prometió derogar también pesó en la elección de su primer ministro.
“Macron no quiere cambiar de política” y esto es “un problema de fondo”, aseguró el miércoles en la cadena TMC el expresidente y actual diputado socialista François Hollande, para quien correspondía a la Asamblea buscar una mayoría para un gobierno.
Agencias AFP, Reuters y The New York Times
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