Florencia Ruiz, una cantautora de canciones exquisitas con una musicalidad profunda, es una de las pocas argentinas que tiene un éxito sostenido en Japón.
Se suma así al histórico furor de los tangueros, cuya conexión con los nipones siempre fue un misterio entre inexplicable y fascinante, por ser una música tan ajena y con letras indudablemente locales.
También está el caso de Juana Molina y su personal unión de sonidos electrónicos con poesías minimalistas, que consiguen cautivar al público de Japón, Estados Unidos y Europa..
Sin embargo Florencia Ruiz es quizás la artista con la relación más sostenida e intensiva con Japón. Este año, por ejemplo realizó su novena gira y estuvo 54 días allá, donde han editado todos sus discos, le han pedido recopilaciones especiales y donde siempre esperan que lleve vinilos de sus últimos trabajos.
«Viajar a Japón es uno de los regalos mas grosos que me dio la vida», escribió alguna vez en su Facebook antes de salir de gira.
Florencia Ruiz grabó con un seleccionado de músicos muy talentosos en su último disco, «Calandria». Foto Guillermo Rodriguez AdamiAhora, a poco de haber vuelvo al país, está preparando la presentación de Calandria, un álbum que cierra la trilogía iniciada por Rumiante y continuada por Aullido. Será este viernes 3 de noviembre en Hasta Trilce y el sábado 4 en La Bicicletería de La Plata.
Agradecimiento y celebración
Florencia Ruiz, que en sus primeras entrevistas en los albores del 2000 sorprendía por sus estudios clásicos en el conservatorio y la inusual vocación de ser maestra jardinera en Ituzaingó, hoy tiene una discografía importante.
Su obra gira en torno a canciones con letras introspectivas y una música creada a lo largo de los años junto a grandes talentos como Fernando Kabusacki, Carlos Villavicencio, Ariel Minimal y Fernando Samalea.
Florencia Ruiz realizó su nuevo álbum entre marzo y mayo, justo antes de viajar a Japón. Foto gentileza Nora LezanoAhora, como ella misma describe sobre Calandria, «Es un honor contar con tres tecladistas top como Hugo Fattoruso, Mono Fontana y Claudio Cardone, tres bateristas de luxe como Andrea Álvarez, Albana Barrocas y Sergio Verdinelli, una bajista de otro planeta, Claudia Sinesi y el maestro Juan Falú en guitarra española».
Y agradece en detalle: «Poder hacer un álbum tan personal y compartido con personas tan hermosas, iconos y luminarias, es un lujo que me da la vida. Poder establecer este espacio de encuentro atravesado por mi historia con ellas y ellos, es mortal».
«Este disco -agrega- no hubiera sido posible sin el amor y apoyo de músicas y músicos participantes, quienes brindaron su luz y talento para mis canciones sin límite alguno. Gracias por ser parte de mi combustible elemental y por hacer florecer mi vida, en ellos y ellas están otras y otros que viven en mí y que con su obra me han alentado a seguir».
En el show de Hasta Trilce, Florencia va a contar con dos invitadas muy especiales y tan talentosas como la gente del disco: Liliana Vitale y Lilián Saba, que hará el tema que tocó Juan Falú en guitarra
Florencia Ruiz. Foto Guillermo Rodriguez Adami-¿Cómo surgió llamar a Juan Falú?
-En diciembre pasado me invitaron a tocar en el Teatro Argentino de La Plata y compartimos escenario. Ya lo había visto un par de veces en lo de Liliana Herrera, pero no sé si él me registraba. Un día, caminando con Silvia Iriondo por el Botánico, le dije que me encantaría invitar a Juan Falú en el disco y me dijo «¡Llamalo ya!». Me quemó la cabeza al toque (risas), lo llamé y me dijo sí, claro,
Después le comenté que en mi casa no podíamos grabar porque sólo tengo una pieza, y eso habilitó la oportunidad de grabar con el Portugués Da Silva, algo que yo nunca había hecho. Fui el día anterior a la casa de Falú, le mostré el tema y se reía mucho porque yo tocaba unos tonos que no se usan en el folklore.
-¿La grabación fue sencilla?
-Fue una sola toma genial. La verdad que fue un momento mágico. Lo re disfruté y fue una emoción terrible. Después nos quedamos ahí, charlando y comiendo, porque yo había llevado un montón de comida que cociné especialmente. Me maravilla que se haya brindado entero y me dedicó dos días.
El último viaje a Japón
¿Cómo fue esta última experiencia en Japón?
–Hace tiempo no iba, por la pandemia, y fue una fiesta. Siempre digo lo mismo: el público japonés es maravilloso, abierto y receptivo, amoroso y alentador. Tocamos con un power trío y con banda grande. Me hace muy bien ir, en todo sentido, por ejemplo tener una continuidad de tocar que acá no puedo lograr.
Te encontrás en una instancia de corregir detalles de show a show y te da un training espectacular estar a full, todos los días tocando en un lugar diferente. Lo que se dio allá es como vida paralela, y trato de mantener ese fuego prendido para volver. Es toda una experiencia, y siempre es distinto.
Florencia Ruiz cierra una trilogía con la edición de «Calandria». Foto gentileza Nora Lezano-¿Por qué «Calandria»?
-Es una pajarita común, que está ahí, que te la encontrás en todos lados. No es una pájara especial que aparece una vez por año ni que hace un nido de tal color. Es común, de barrio, como yo. Y tiene una característica: puede imitar el canto de otros.
En este disco que tener folclore, pero después me encontré que tenía un montón de música, me puse las pilas y compuse boleros, tangos, milongas y vals. De algún modo siento que es como un nuevo punto de partida.