Las exportaciones del complejo cerealero oleaginoso argentino se redujeron en un 50 por ciento, comparando los primeros diez meses del año 2022 el mismo período de 2023. En concreto, la caída de las ventas al exterior dejó 17.539 millones de dólares menos en el país.
En el mes de octubre, las empresas del sector liquidaron 743.565.569 dólares, lo que representa una retracción del 25 por ciento en relación a igual mes del año previo, según informó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48 por ciento de las exportaciones argentinas.
El programa del gobierno nacional para impulsar la venta de granos con un esquema de comercialización que otorga un valor diferencial del dólar, no fue suficiente frente a la incertidumbre política y económica, y los bajos remanentes. «El ingreso de divisas del mes de octubre es el resultado de la sequía, que ha generado perdidas de stock disponible de granos, así como de un proceso electoral que siempre condiciona el mercado de granos», explicó CIARA CEC. Y advirtió que la escasez de granos restantes de la cosecha gruesa va a limitar las operaciones de las terminales portuarias y de la industria de la molienda de soja en los próximos meses.
El complejo oleaginoso cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, constituyó el año pasado el 48 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El principal producto de exportación del país es la harina de soja, con el 14,2 por ciento; el segundo, el año pasado, fue el maíz con el 11 por ciento; y el tercero, el aceite de soja, con el 6,9 por ciento. Actualmente, la industria presenta una gran capacidad ociosa, cercana al 50 por ciento.
El ingreso mensual de divisas, transformadas en pesos, es el mecanismo que permite seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible.
La liquidación de divisas de la industria está relacionada con la compra de granos para ser exportados, ya sea en su mismo estado o procesados. La mayor parte del ingreso de dólares en este sector se produce con una antelación a la exportación que ronda los 30 días en el caso de los granos y hasta 90 días en el de aceites y harinas proteicas.