Estaba planificado y lo habían previsto como un fin de semana casi perfecto: merecidas mini vacaciones y celebración del Día de la Madre en familia. Pero un imprevisto problema mecánico transformó el viaje en tragedia: una pareja de penitenciarios murió cuando iba hacia Mar del Plata, en un choque frontal sobre la ruta 11 (Interbalnearia). También falleció una ocupante del otro auto.
Fue la mancha negra vial del fin de semana extra largo por el 12 de octubre. En pleno mediodía y sobre el kilómetro 445 del camino que recorre toda la costa provincial, al VW Gol Trend que manejaba Maximiliano Giusso (30) se le salió la rueda trasera derecha y el conductor perdió por completo el control del manejo.
El Gol, descontrolado, se cruzó de carril y embistió de frente a un Fiat Uno Way que se dirigía desde la zona de Mar del Plata en dirección a Villa Gesell.
Las consecuencias del impacto fueron letales: Giusso murió casi en el acto. Lo acompañaban su pareja, Vanesa Moreno Liendo (29), quien también falleció por el violento choque, y la hija de ambos, de cuatro años. La nena tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital Materno Infantil marplatense, en estado crítico.
La llevaron bajo protocolos de “código rojo”. O sea: tenía severas lesiones, quebraduras y traumatismos. Fue alojada en una sala de terapia intensiva, según confirmaron a Clarín fuentes sanitarias.
En el Fiat se trasladaba un grupo de conocidos con domicilios en la localidad de Mar Chiquita. Una de las ocupantes, Rosa del Valle Ruiz (70), propietaria de un establecimiento rural de la zona, también murió por las severas lesiones del incidente rutero.
Los otros ocupantes, Edgardo Manuel Mejías (69), quien manejaba, y María de Lourdes Ávalos (43) terminaron con lesiones y derivados a un centro asistencial de Mar Chiquita.
Los planes que terminaron en tragedia
El matrimonio que había planeado el descanso en la costa vivía en Berisso y ambos se desempeñaban como agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Trabajaban en unidades del complejo carcelario de Magdalena, a 45 kilómetros de La Plata. Este lunes, las autoridades y compañeros de las víctimas estaban conmovidos por la noticia. “Están destrozados, no pueden creer ese tremendo final”, dijo a Clarín un funcionario de la penitenciaría.
Giusso, que era de Los Hornos, trabajó siempre en la Unidad 28 de Magdalena. Ingresó en 2015, luego de realizar los cursos en la Escuela de Cadetes, que funciona en La Plata. Tenía grado de alcalde y cubría uno los turnos de vigilancia en los pabellones de ese penal de máxima seguridad del sistema provincial. En enero de 2023 había obtenido su último ascenso.
Su esposa, Vanesa, cumplía funciones en la Unidad 51, situada sobre el kilómetro 111 y medio de la ruta 11. Sobre esa misma vía, 334 kilómetros más adelante, los cruzó la tragedia.
Vanesa también entró a ese complejo de cárceles en 2015, cuando terminó su cursada en la escuela de formación. No tuvo otro destino. En la tarea diaria y en los espacios de camaradería que se generan entre rejas, muros y presidiarios, conoció a Giusso.
Estuvieron de novios y empezaron a convivir. En septiembre de 2019 nació Juliana. “Sos lo más importante que me pasó en la vida”, escribió en sus redes Vanesa hace apenas unas semanas, mientras recordaba y exponía fotos del nacimiento de su hija.
El golpe letal sobre la ruta impacta, además, en la comunidad de Berisso, donde la familia tiene a sus íntimos, allegados y amigos.
Fuente Clarín