El ministerio de Economía instrumentó este jueves la medida, con retroactividad al 1° de septiembre, que incluye a más de 300 posiciones arancelarias. Los productores de la oleaginosa cuestionaron que no se los hayan incluido en el beneficio.
07 de septiembre 2023, 12:47hs
Por medio del Decreto 462/2023, publicado en el Boletín Oficial con retroactividad al 1° de septiembre, el Gobierno oficializó este jueves la baja de retenciones, y en algunos casos la eliminación total, para algunas economías regionales. Desde la cadena del girasol repudiaron que no hayan sido incluidos en el beneficio.
De esta manera, se llevó a cero los derechos de exportación (DEX) de unas 360 posiciones arancelarias, pertenecientes a los complejos de arroz, maní, vinos, mosto, cítricos, tabaco y la industria forestal.
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Tal como lo habían adelantado desde la Secretaría de Agricultura, se benefició con una quita total a aquellos productos que tienen un mayor valor agregado.
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Suscribite acáNo obstante, se determinó una disminución de la alícuota para algunos productos con menor industrialización. Por ejemplo, el arroz partido abonará un 2%; la madera en bruto y descortezada, la leña, los residuos de maní y el arroz paddy pagarán un 3%; y el tabaco en rama o sin procesar un 5%.
Según indicó la disposición oficial del ministerio de Economía, la medida tiene como fin “promover las ventas a mercados externos, mejorar el nivel de ingresos de los productores y elaboradores, así como de su red de interacción, fortalecer el arraigo y permanencia de la población rural en cada región de nuestro país, además de propender a mejorar la calidad de los productos”.
Críticas de la cadena de girasol
La Asociación Argentina del Girasol (ASAGIR) lamentó que el complejo agroindustrial haya sido “excluido” del programa de eliminación de retenciones para las economías regionales.
“El girasol es un cultivo propio de los márgenes de la zona núcleo que muchas veces permite a los productores sostenerse en pie dadas sus condiciones de adaptación a los climas complejos y sensibles a los efectos del cambio climático”, destacó la entidad.
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En ese sentido, resaltaron que este cultivo se extiende principalmente en el norte del país, en La Pampa y el sur de Buenos Aires, y las industrias de transformación también tienen una distribución muy regionalizada; de hecho, constituye “un elemento clave para el empleo industrial en sus localidades”.
“El desarrollo genético también es regional, y ofrece empleo rural a través de proveedoras de semillas y trabajo colaborativo con el INTA”, agregaron sobre los fundamentos por lo cual sería importante su inclusión en el beneficio.
“Cabe recordar que la industria de procesamiento de girasol agrega valor local y compite en desventaja en el exigente mercado mundial de aceites. Además del grano (7%), los productos industrializados del cultivo también tienen un castigo impositivo incomprensible; el aceite y los pellets tienen alícuotas que van entre el 7% al 5%”, ejemplificaron.
Esto, argumentaron, va “en desmedro de la agregación de valor industrial, e impide la mejora de los precios percibidos por los productores agrícolas, resultando en un desincentivo para ampliar la superficie de producción”.
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“Si mantenemos estos niveles de derechos de exportación, perderemos la oportunidad de ser proveedores competitivos en un mundo que necesita el aceite de girasol argentino debido a la invasión rusa a Ucrania”, indicaron.
Por último, enfatizaron que la cadena del girasol puede volver a ser “un contribuyente muy importante al crecimiento del empleo, generación de divisas y agregado de valor en origen en nuestro país, si el Gobierno no se empeña en lo contrario”.