La Justicia ha dictado prisión preventiva por 60 días y ha ordenado un embargo de $3 millones para una joven de 18 años, acusada de enviar amenazas de bomba a una docente de la escuela Juan Luis Nougués. Este es el primer caso en el que se procesa a la presunta autora de un delito de intimidación pública. Los otros dos implicados, los padres, continúan el proceso en libertad.
La acusación
Según la acusación de la fiscal Mariana Rivadeneira, Malena Anahí Serrano envió un mensaje a través de WhatsApp el 7 de agosto a una docente del colegio, informando sobre la colocación de artefactos explosivos en los tres niveles del edificio y amenazando con causar graves daños en un radio de 1.000 metros. Horas después, envió otra amenaza similar. La acusada argumentó que había dejado de usar esa línea hace meses y había entregado el chip a un compañero, quien podría ser el autor de las amenazas. Afirmó que estaba durmiendo en casa en el momento en que se enviaron los mensajes.
La fiscal destacó que Serrano tomó acciones para obstaculizar la investigación, como dar de baja la línea y denunciar un robo de teléfono. También señaló la gravedad de dirigir la amenaza a una docente y expresó preocupación sobre su comportamiento futuro y la conmoción social que causan estos delitos en la provincia.
El defensor de la acusada, Juan Martín Villegas, calificó la acusación de la fiscal como «aberrante» y argumentó que violaba los derechos de la mujer. Afirmó que no existían pruebas en su contra y que ella había entregado el chip a otra persona. El juez Alejandro Valeros coincidió con la fiscal en que había pruebas de que la acusada intentó entorpecer la investigación y consideró apropiada la duración de la prisión preventiva. También respaldó el pedido de embargo, destacando el daño causado al Estado y a la sociedad en general.
Los casos en Yerba Buena
Entre el 24 y el 25 de agosto Yerba Buena registró amenazas de bomba en el Colegio San Patricio y en el Colegio Las Colinas en menos de 24 horas.
En ambos lugares se llevaron a cabo labores de evacuación del edificio y medidas preventivas. Además, una unidad de la división de explosivos de los Bomberos de la Policía de Tucumán se presentó para verificar la presencia de un posible artefacto explosivo. Sin embargo, todo se trató de falsas alarmas que causaron perjuicios al normal desarrollo de las actibvidades.