Dos álbumes: uno de casi 37 minutos, otro de 33. En unos meses, Artaud cumplirá cincuenta años; Clics modernos, cuarenta. Ambos son cumbres no solo de las respectivas obras de Luis Alberto Spinetta y Charly García, sino de la música argentina. Un contraste entre ambos discos, y las preferencias de diez músicos argentinos, sin pretensión alguna de canon.
Contexto Pescado Rabioso se separó a principios de 1973. En las notas de Artaud, acreditado al grupo, Spinetta escribe de manera formal lo que en los Ochenta le diría a Eduardo Berti para el fundamental libro Spinetta, crónica e iluminaciones: “Pescado Rabioso era yo”.
Esa afirmación era precedida de su humor: “… en realidad no me gusta un artista que se llama Luis Alberto Spinetta. Me parece muy pomposo. Como es mi nombre, no lo puedo evitar, pero me gustaría más llamarme Jimmy Choto…”.
Charly García había debutado como solista en 1982 con Yendo de la cama al living y la banda de sonido del filme Pubis angelical.
Hizo el primer Ferro para cualquier artista de rock argentino, con una gran puesta en escena y dos factores todavía chocantes para el aletargado público: el sponsoreo (de la marca de ropa Fiorucci) y el uso de la ironía, como llegar al show en un Cadillac rosa. Pero, más allá de comenzar a usar la caja de ritmos Roland TR-808, su ingreso definitivo a los ’80 sucedería un año después.
Producción
Artaud se registró en los turnos nocturnos de los estudios Phonalex, en Bajo Belgrano, barrio que casualmente titularía un disco de Spinetta Jade. Norberto Orliac, quien ya venía trabajando con Pescado, fue el técnico de cabecera. No se conocen demos.
Charly García estaba parando en un loft en el Greenwich Village de Nueva York. Había llegado con un demo: parte de lo no usado integraría futuros trabajos. Abastecido de nuevos instrumentos, se reencontró con Pedro Aznar y le propuso que participase en bajo, pero también en voces y en alguna guitarra: se lo escucha cantar en el puente de Nos siguen pegando abajo.
La mayoría se grabó en Electric Lady, el estudio que Jimi Hendrix hizo construir, pero que pudo disfrutar muy poco. García y Aznar paraban en un hotel a la vuelta. El ingeniero Joe Blaney se convertiría en el principal colaborador en estudios de García durante más de una década, a veces como co-productor.
Un intento fallido de mezcla en Los Ángeles desembocó en un desesperado García de vuelta en la Costa Este, mezclando el álbum con Blaney en los estudios RPM en, según contó Blaney a quien escribe, quince días; de acuerdo a García en 2007, cuarenta horas.
Músicos
Cuando las canciones las requerían, Spinetta eligió dos bases rítmicas familiares: una con los Aquelarre Emilio Del Guercio y Rodolfo García, ex bajo y batería de Almendra; la otra, con Del Guercio y el hermano de Spinetta, Gustavo. Como rezan las notas: Los músicos que aparecen en este disco sólo están ligados a la idea Pescado Rabioso por las circunstancias de la grabación y a expreso pedido de Luis Alberto Spinetta.
La batería de Clics Modernos iba a estar a cargo de Greg Carter, a quien García había visto tocar con Jan Hammer, pero no encajó. “Demasiado jazz fusión”, recordó Blaney a este autor. Entonces García se centró en la máquina de ritmos TR-808. Doug Norwine tocó el saxo en Nuevos trapos: en el demo, lo había hecho Daniel Melingo. Casey Scheurell grabó en Los Ángeles batería sobre programaciones de García.
Pese a que García había expresado su deseo de grabar con alguien estilo Eddie Van Halen, convocó para tres temas al sesionista estrella Larry Carlton, guitarrista para dos de sus artistas favoritos: Steely Dan y Joni Mitchell. En Plateado sobre plateado (Huellas sobre el mar) se puede notar la influencia de The Nightfly (1982), el debut solista de Donald Fagen de Steely Dan, en donde participó Carlton.
Daniel Grinbank fue responsable del debut argentino de Rubén Blades, algo que el panameño recordó el 31 de mayo en el Luna Park. A través del manager, García quería que Blades y sus músicos grabasen en Bancate ese defecto. Blades lo confirmó a Gloria Guerrero en la revista Humo®. Pero todo quedó en la nada.
Canciones
La inspiración de Artaud partió de dos artistas malditos. Por un lado el poeta, dramaturgo, narrador y ensayista francés Antonin Artaud (1896-1948). Por el otro, Vincent van Gogh (1853-1890), pintor de los Países Bajos cuya obra recién fue reconocida tras su muerte.
Spinetta no buscaba glorificar a Artaud, tal le explicó a Berti: “El disco fue una respuesta -insignificante tal vez- al sufrimiento que te acarrea leer sus obras (…) para él la respuesta del hombre es la locura: para Lennon es amor. (…) no podemos jugar a ser Artaud: eso significaría no haber entendido a Moris, no haber entendido a Litto Nebbia, no haber pescado una”.
Artaud marcó a Spinetta como luego lo harían Castaneda, Foucault, Bataille o (gulp) Alejandro Rozitchner. De Artaud lo influenciaron Heliogábalo o el anarquista coronado (1934), sobre el emperador romano asesinado a los 18 años; según algunos, un tempranísimo exponente del ser transgénero, y Van Gogh, el suicidado por la sociedad (1947). Este último lo llevó a leer las cartas del pintor a su hermano Theo, recopiladas en 1913.
Spinetta también le dijo a Berti que los versos que abren Cantata de puentes amarillos, “Con esta sangre alrededor no sé qué puedo yo mirar”, «(…) es la sangre de la herida de la oreja de Van Gogh y también la sangre de Heliogábalo cuando lo tiran a las letrinas de la ciudad». Además, refleja su impotencia cuando, en una típica caída en comisaría, contempló a un cadáver del que brotaba sangre.
Pero la temática de Artaud va más allá. Todas las hojas son del viento cierra un tríptico dedicado a Cristina Bustamante: Muchacha (ojos de papel) (1969, enamoramiento), Blues de Cris (1972, ruptura), y esta, donde Spinetta empatiza ante el nacimiento del hijo de ella.
Por está escrita con Patricia Salazar, quien sería la madre de sus hijos: una sucesión de sustantivos, salvo la preposición de la palabra-título que cierra la canción, en conjunción con los vaivenes armónicos. Según Spinetta, fue todo una cuestión azarosa en busca de encajar con la métrica, aunque la cadena final es un festín para psicoanalistas: “Clavo, coito, Dios, temor”.
Spinetta aún no había alcanzado su mayor fluidez como primera guitarra; aun así, los obligatos que toca son altamente cantábiles: Todas las hojas…, Cementerio club, Superstición, Bajan (Cerati hizo una gran versión y también con Soda citaba el punteo de Cementerio club) o el final Las habladurías del mundo.
En La sed verdadera, con efectos sonoros del histórico fabricante de amplificadores Juan Carlos Robertone, Spinetta interpela al oyente: no le pidan lo que no pueden hallar en sí mismos. Starosta eran el nombre de unas figuritas de su infancia, que aquí funciona como su alter ego idiota.
Con un piano cargado de reverberación tocado por él mismo, hace algo imposible en el mundo de hoy: en conjunción con un parte en reversa de Bajan, samplea -cuando todavía ni existían los samplers- She Loves You de The Beatles, que concluye con él llorando. Quizá fue su evocación de lo que alguna vez dijo: la escucha de los primeros Beatles lo dejaba en un estado de fragilidad emocional ante tanta belleza.
La Cantata -como La sed…, una canción acústica complementada por una guitarra eléctrica- son nueve minutos donde ningún módulo se repite y transita por distintos temas -incluido el deseo cifrado en la mirada del otro- y estados anímicos, mejor resumidos en el dictum: “Mañana es mejor”.
Clics modernos alterna entre la introspección y la invitación al baile post-dictadura: “Ya no sirve vivir para sufrir”, canta García en No me dejan salir, con otro sample pionero, del James Brown de Hot Pants pt1 (1971): volvería a samplear a JB en La hija de la Lágrima (1994): más citas de audio hoy imposibles sin pagar.
“No puedo largar, no puedo salir, no puedo sentir amor, ese sentimiento: tengo que volverte a ver” eventualmente abriría otras lecturas: chequear No puedo dejar de 1992.
No soy un extraño describe sus primeras visiones de Nueva York, incluyendo una pareja gay: “Dos tipos en un bar se toman la mano, prenden un grabador y bailan un tango, de verdad” ¿“De verdad” como “en serio”, o como una señal de autenticidad ante la anquilosada escena del tango de entonces? “Acabo de cruzar las plazas, las razas, y el color”: puro multiculturalismo neoyorquino.
También pinta un retrato suyo en tercera persona en Dos cero uno (Transas): “Él se cansó de hacer canciones de protesta y se vendió a Fiorucci”, ironiza.
Incluso el convite a soltar el cuerpo no era sólo eso: Nos siguen pegando abajo, editada a treinta y cinco días de la vuelta de la Democracia, indica que la represión, estatal o no, iba a seguir. Y además, enseña a bailar sobre polirritmias y -en la parte tarareada- en 7/4.
El García de Nuevos trapos, muy lejos del de “Mi capricho es ley”, postulaba “Vos no sos mejor que yo, yo no soy mejor que vos”. Los dinosaurios, con las texturas de Larry Carlton, no había sido muy bien recibida en su estreno de 1982, pero no trata solamente sobre los desaparecidos y los genocidas: recuérdense interpretaciones posteriores con “La persona que amas no puede desaparecer”.
Plateado sobre plateado (Huellas sobre el mar) actualiza el “Nunca tendremos hogar, nunca tendremos raíz, y sin embargo somos de acá” (1979) con la pregunta “¿Por qué tenemos que ir tan lejos para estar acá?”.
Cierra el álbum el mediotiempo Ojos de video tape, con un primer verso mundano: “No tengo agua caliente en el calefón”; le sigue otro que reniega de las imposiciones al autor: “No tengo que escribir canciones de amor”, y usa al video tape como metonimia de la modernidad. Su coda es mántrica.
Arte
Pergeñada junto al diseñador estrella Juan Oreste Gatti, la portada de Artaud está coloreada de acuerdo a la pregunta del francés: “¿Acaso no son el verde y el amarillo cada uno de los colores opuestos de la muerte, el verde para la resurrección y el amarillo para la descomposición, la decadencia?”.
El rostro del poeta aparece junto a su apellido y el nombre de “Pescado Rabioso” a la derecha de una tapa deforme, imposible de encajar en las bateas. Fue domesticada en reediciones, mientras el original valía cada vez más. En 2017 se la restauró; lo incómodo reconvertido en fetiche.
Artaud
El clásico de Luis Alberto Spinetta, firmado por Pescado Rabioso
La foto de tapa de Clics Modernos es de Uberto Sagramoso. García pensaba titularlo Nuevos trapos, hasta que vio en una pared una figura que le recordaba a los siluetazos representando a los desaparecidos, y un grafiti que mencionaba una ignota banda neoyorkina: Modern Clix.
El sobre original incluye una serie de fotos de García con una larga nariz postiza: saquen sus conclusiones. También se realizó un videoclip para No me dejan salir.
Presentaciones
Spinetta dio a conocer parte de Artaud en dos mañanas de domingo en agosto y octubre en el Teatro Astral. Cantó temas de Almendra, Pescado, otras que serían formalmente grabadas en siguientes décadas, y algunos inéditos.
Antes del show, se proyectaban los filmes mudos El gabinete del Doctor Caligari (Wiene) y Un Perro Andaluz (Buñuel-Dalí) además de escucharse Dark Side of The Moon (Pink Floyd), Edward Elgar o Jimi Hendrix. Aunque había piratas, los dos shows completos se subieron legalmente a plataformas.
También repartió un manifiesto. En Rock: Música dura, la suicidada por la sociedad, Spinetta denuncia las músicas autóctonas con carácter reaccionario, los productores explotadores, los grupos parasitarios, la prensa con fake news… y a sí mismo: “(…) mi yo enfermo”.
García salió de gira en diciembre del 83 con los GIT Alfredo Toth, Willy Iturri y Pablo Guyot, además de Fito Páez, Fabiana Cantilo, Daniel Melingo y el Gonzo Palacios. El 8, en Córdoba sucedió el primero de sus escándalos públicos, al bajarse los pantalones en respuesta a los insultos del público. La presentación oficial fue ese mismo mes en el Luna Park.
Clics modernos
El icónico álbum de Charly García
¿Cuál prefieren los músicos? Las opiniones de los colegas
Litto Nebbia: «No tengo uno preferido entre Artaud y Clics, no sé qué decir al respecto. Los dos tienen lindas canciones de Luis y Charly. No hay uno mejor que el otro»